Cuáles son los desconocidos beneficios de las semillas de sandía y cómo aprovecharlos

Con la llegada del verano es común empezar a comprar productos relacionados con esta temporada. En este caso, la sandía es la fruta que se lleva la palma, debido a su capacidad de hidratar y ayudar contra las altas temperaturas.

Además de por su sabor, la sandía también destaca gracias a sus numerosas propiedades para la salud. A pesar de que su carne es lo que más destaca, tampoco hay que pasar por alto los beneficios que puede traer consumir sus semillas, las grandes olvidadas de esta fruta.

Estos son los beneficios desconocidos de las semillas de sandía

Las semillas de sandía cuentan con diversas propiedades que las convierten en una opción interesante para la salud. Por ejemplo, son ricas en vitaminas, ácido fólico y minerales, por lo que contribuyen al correcto funcionamiento del sistema inmunitario.

Asimismo, también contribuyen a reducir la hinchazón, a regular la presión arterial, a prevenir enfermedades cardiovasculares o a fortalecer los huesos, entre otros.

Por su parte, esta parte de la fruta destaca por ser rica en ácidos grasos Omega 6, así como en vitaminas del grupo B y aminoácidos. También cuentan con zinc y magnesio, por lo que son antioxidantes y actúan contra el efecto negativo de los radicales libres.

Cómo consumir semillas de sandía

A pesar de todos sus beneficios, lo cierto es que las semillas se suelen desechar a la hora de consumir sandía. Sin embargo, puedes ingerirlas con la ensalada, en tostadas, con un yogur e incluso en té. De este modo, podrás aprovechar al máximo sus propiedades.

Semillas de sandía tostadas

Dentro de una ensalada, de un yogur o en la sopa quedan exquisitas. No obstante, te sorprenderá el poder tostar las semillas para convertirlas en un snack saludable. Para ello, colócalas en una fuente en el horno durante 15 minutos a 160 grados.

Té de semillas de sandía

Para consumirlas en té, una bebida que reduce la retención de líquidos mientras mejora la presión arterial, añade dos cucharadas de té de semillas de sandía deshidratadas dentro de 500 ml de agua hirviendo. Deja reposar 10 minutos, enfría y consume.