La decisión que ha tomado el Rey Felipe VI sobre la firma de la Ley de amnistía
El monarca ha estado meses consultado a su entorno de confianza y ya tiene claro que hacer
La reciente aprobación de la Ley de Amnistía en España ha desencadenado una ola de críticas y controversias en todo el país, que puesto en el centro de la atención pública la figura del rey Felipe VI.
Su majestad Felipe VI se encuentra en una posición extremadamente delicada. Su papel constitucional lo obliga a mantenerse al margen de la política, pero la firma de la Ley de Amnistía lo coloca en una encrucijada.
El monarca ha pasado meses consultando con su entorno de confianza y con personalidades relevantes de la sociedad española. Incluyendo miembros de la judicatura, altos mandos del Ejército y empresarios de renombre. Incluso ha hablado en privado con su padre, el rey emérito Juan Carlos I, para tomar una decisión informada.
El problema reside en que el Rey está maniatado por el papel de árbitro que le reconoce la Constitución y por el que tiene que mantenerse al margen de la trifulca política.
De hacer lo contrario, comentan en la Zarzuela, generaría el caldo cultivo perfecto para provocar la caída de la institución. Los diarios de la izquierda radical han publicado encuestas sobre monarquía o república con resultados muy ajustados. No es baladí.
Saben que ahora en este período de máxima polarización, con la sociedad partida en dos, el jefe del Estado tendrá que tomar una decisión salomónica: decidir si cumple con su rol constitucional y firma la Ley de amnistía que emane de la Cámara Baja o negarse a ello y provocar un choque institucional sin precedentes que ponga en peligro a la Casa Real. Y todo ello con una presión ya no solo de la izquierda sino de algunos de las más fieles monárquicos que piden al Rey que pare el golpe de Sánchez.
La desesperación entre los españoles que se sienten desamparados ante Sánchez es tal que estos buscan la protección del monarca.
Muchos callan y aceptan con resignación que el Rey no puede hacer nada, pero otros comienzan a criticar la parálisis del Rey. Lo hacen en los bares, en sus trabajos, en sus encuentros familiares y en protestas que se han producido por toda España.
Los Gritos de "Felipe VI, masón", "traidor" o "cobarde" se han escuchado en innumerables movilizaciones. Las quejas de la calle también se ha trasladado al universo de las redes sociales y medios de comunicación y algunos de los comunicadores y youtubers que más prescriben en el público monárquico han abierto la veda contra el Rey.
Presión y críticas
La presión sobre Felipe VI no solo proviene de la izquierda, que ve en la firma de la ley una forma de avanzar en sus objetivos republicanos. Si no también de los sectores más fieles a la monarquía, que esperan que el rey actúe en defensa del Estado de derecho. Las críticas han sido especialmente virulentas en las redes sociales y en manifestaciones públicas, donde se ha cuestionado abiertamente la parálisis del monarca ante una situación tan crítica.
La desesperación entre los españoles que se sienten desamparados ante el Gobierno de Sánchez es palpable. Muchos buscan la protección del rey, mientras que otros critican su aparente inacción.
En este clima de polarización, el rey Felipe VI se enfrenta a una de las decisiones más difíciles de su reinado. Firmar la ley y cumplir con su rol constitucional, o rechazarla y arriesgarse a un conflicto institucional sin precedentes.
El Rey Felipe VI firmará la Ley de amnistía "porque lo contrario sería un suicidio y dejárselo muy fácil a la izquierda para que acabe con la monarquía", insisten fuentes cercanas que se esfuerzan en proteger su figura ante el previsible desgaste que va a sufrir tras rubricar la Ley.
"Al Rey no hay que tocarlo. No puede hacer nada si le llevan esa Ley del Congreso y tiene que cumplir escrupulosamente con su papel constitucional. Si derivamos la atención a su persona, estará en riesgo y si cae él no quedará nada", insisten en Zarzuela.
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