La verdad sobre Iñaki Urdangarin: por qué ha dejado de hablar con Jaime de Marichalar
Iñaki Urdangarin no mantiene con él ningún tipo de relación desde hace años, a pesar de que fueron familia
Iñaki Urdangarin, a pesar de haberse separado ya de la infanta Cristina, sigue siendo noticia. Así, estos días, ha pasado a estar en el disparadero mediático por sus elevados gastos, cuando aún sigue sin trabajo. Y es que el haber formado parte de la familia más conocida de este país va a hacer que siempre se le mire con lupa.
En eso, Iñaki Urdangarin tiene mucho en común con Jaime de Marichalar, su excuñado, que estuvo casado con la infanta Elena. Sin embargo, a pesar de lo que les unía y les une, estos dos hombres están muy distanciados. Tanto, que no se hablan, concretamente no lo hacen desde hace años y por una razón.
Iñaki Urdangarin y Jaime de Marichalar: lo que tenían y tienen en común
Iñaki Urdangarin llegó al clan Borbón en el año 1997, cuando salió a la luz su compromiso oficial con Cristina. Clan del que ya formaba parte, desde hacía tres años, Jaime de Marichalar, que en 1995 había contraído matrimonio con Elena.
Inicialmente, se vaticinó que los dos yernos de Juan Carlos I iban a llevarse muy bien, porque tenían varias cuestiones que les unían. La primera, que ninguno de los dos pertenecía a la realeza y llegaban a una familia que sí era de ese mundo. De ahí que ambos debían enfrentarse a una vida nueva, llena de protocolos, privilegios y obligaciones.
La segunda, que habían triunfado en sus respectivos sectores profesionales. Jaime en el ámbito de los negocios e Iñaki en el del balonmano.
La tercera, que eran originarios del norte de España, con una cultura muy parecida, y que le daban un enorme valor a la familia. El motivo es que los dos pertenecían a unas que eran numerosas.
Por todo ello, se pensó que Marichalar ayudaría con sus consejos a su cuñado recién llegado. Y también que tendrían una relación muy estrecha, pero nada más lejos de la realidad.
En la actualidad, comparten algo más: haber roto lazos con los Borbón, pues ambos se han separado de las madres de sus hijos y han rehecho sus vidas. Jaime, de forma discreta y sin pareja conocida, e Iñaki iniciando una relación sentimental con Ainhoa Armentia.
La razón por el que Iñaki Urdangarin y Jaime de Marichalar dejaron de hablarse
Iñaki Urdangarin, no obstante, nunca mantuvo una amistad con Jaime. Es verdad que, como hemos visto, tenían nexos en común, pero había algo que pesaba más y que los distanciaba: los celos y la rivalidad.
Marichalar se comprometió con Elena y en ningún momento cautivó a la ciudadanía. Todo porque se mostraba frío, poco natural en los actos públicos y demasiado encorsetado. Incluso fue tachado de cazafortunas, diciéndose que había conquistado a su esposa simplemente para tener una vida de lujo y estar emparentado con los reyes.
El navarro tuvo que acostumbrarse a esa imagen pública que se transmitía de él. Imagen nada positiva que se acrecentó cuando apareció en escena Iñaki. Sí, porque comenzaron las comparaciones y él se llevó la peor parte.
Urdangarin se mostró casi como un príncipe azul, un chico con cierto atractivo y simpático que se mostraba muy campechano. Es más, cautivó por su cercanía y porque con su pareja intercambiaba gestos de cariño, todo lo contrario que su cuñado. Sin obviar que, parece ser, se convirtió en el yerno favorito de los monarcas.
Esta situación hizo que Marichalar e Iñaki tuvieran una relación tirante, que se transmitía las pocas veces que coincidían en actos públicos. Y así, poco a poco, se fueron distanciando hasta que el navarro se separó de su mujer en 2007. En ese momento, ya no había obligación de que tuvieran contacto y no volvieron a hablarse, salvo cuando Jaime acudió al funeral del padre del vasco, por el que sentía aprecio.
Al parecer, en la intimidad, el padre de Froilán no podía soportar que a él se le hubiera menospreciado tanto públicamente en comparación con Urdangarin, que parecía el hombre perfecto. No obstante, disfrutó de una pequeña venganza cuando se descubrió la verdadera cara del marido de Cristina con el caso Nóos. Quedó claro que, de perfecto nada, había cometido un delito, que le llevó a prisión, y, además, salieron a la luz presuntas infidelidades a su mujer.
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