El truco ideal para limpiar la vitrocerámica y que quede como el primer día
Poniendo en práctica estos remedios caseros limpiar tu vitrocerámica será sencillo, rápido y muy económico
Uno de los elementos comunes en los hogares es la placa vitrocerámica. Con el paso de los años, esta se ha ido imponiendo a otro tipo de opciones debido, en gran parte, a su comodidad y facilidad de uso.
Por otro lado, otro de los detalles por los que llama la atención es porque es mucho más sencilla de limpiar. Esto ha hecho que cada vez sean menos las cocinas que funcionen con fogones de gas.
Los mejores trucos para limpiar la vitrocerámica y dejarla como nueva
A su facilidad de limpieza, además, hay que unirle que, para mantener impecable la vitrocerámica, no es necesario gastar grandes cantidades de dinero en productos especiales.
Como dato a tener en cuenta, conviene limpiarla después de cocinar, ya que así se mantendrá perfecta como el primer día. Para conseguirlo, basta con usar algunos trucos y remedios caseros muy extendidos y con productos que ya tienes en casa.
Vinagre y bicarbonato de sodio
Uno de los trucos más extendidos para limpiar la vitrocerámica consiste en realizar una pasta de vinagre con bicarbonato de sodio. Cuando la tengas, aplica por toda la superficie y deja reposar unos dos minutos antes de frotar y retirar los restos.
Hielo
Este es un truco poco conocido, pero que funciona a la perfección. Si tu vitro tiene manchas complicadas, frota un cubito de hielo sobre ella durante un minuto. Después, con un rascador, retira los restos, que se habrán endurecido con el hielo.
Pasta de dientes
Cada vez son más los consejos que incluyen la pasta de dientes como una de las mejores formas de retirar las manchas de la vitrocerámica. Este truco consiste en extender el producto por toda la superficie.
Después de 10 o 15 minutos, esparce por encima de la pasta de dientes un poco de bicarbonato de sodio realizando movimientos circulares. De este modo, las manchas se irán desincrustando.
Para terminar, usa el rascador para retirar la mezcla, ayudándote con un paño húmedo. Como resultado, la placa quedará brillante y como nueva por muy poco. Recuerda que tu vitrocerámica debe estar apagada y fría antes de limpiar las manchas.
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