
Esto es lo que más teme Pedro Sánchez
Mientras tanto, la UCO sigue analizando los correos y chats del entorno de Cerdán, que será citado a declarar por el Supremo el próximo 30 de junio
Pedro Sánchez atraviesa uno de los momentos más delicados de su mandato. El presidente del Gobierno teme la filtración de mensajes privados clave.
Se trata de conversaciones con Santos Cerdán sobre la investidura y Puigdemont. En esos intercambios se hablaba de la amnistía y de los pactos con Junts.
Según publica el ABC, Sánchez da por hecho que parte saldrá a la luz. Lo que le inquieta es qué mensajes exactos verán la luz pública y su impacto.
El contenido tiene un tono informal, cargado de hipérboles y bromas internas. La amistad de años entre Sánchez y Cerdán favoreció un lenguaje sin filtros.
Se usaban expresiones coloquiales, algunas de las cuales pueden ser hirientes. Aunque no tienen trascendencia jurídica, pueden dañar relaciones políticas.
Especialmente con Carles Puigdemont, figura clave en la actual legislatura. En este contexto, Sánchez mantuvo una reunión no prevista con Salvador Illa.
El encuentro en La Moncloa no fue oficial, pero sí cargado de significado. Sánchez buscaba el respaldo de uno de sus aliados más leales en Cataluña.

Ambos comparten una estrecha relación desde los días más duros de pandemia. Illa negó que se hablara de una eventual sucesión o renuncia del presidente. Aseguró que su lealtad está con Sánchez y que no se plantea otros escenarios.
Sánchez lamentó lo que considera una traición en su círculo más próximo. Se refería a las filtraciones que lo han dejado expuesto ante la opinión pública. También expresó su preocupación por el impacto de esas revelaciones en Junts.
Mientras tanto, la UCO sigue analizando correos y chats del entorno de Cerdán. El exnúmero tres del PSOE Q
La investigación lo vincula al caso Koldo y a la negociación con Puigdemont. Junts y ERC mantienen el apoyo a Sánchez, pero exigen avances visibles.
El temor de Sánchez no solo es político, sino también personal y emocional. El contenido de los mensajes podría revelar una cara más vulnerable del líder.
En tiempos de crispación y política emocional, eso puede ser letal. El Gobierno insiste en su hoja de ruta: diálogo, cumplimiento y resistencia. Sánchez confía en su equipo, aunque ya no con la ingenuidad de antes.
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