
La artimaña del tío de Begoña Gómez para tumbar la sanción a su 'prostíbulo'
El local llamado Kilómetro Ochenta sigue provocando nuevas informaciones que abre una delicada situación
Francisco Enrique Gómez Serrano, empresario y tío de Begoña Gómez —esposa del presidente Pedro Sánchez—, fue sancionado por la Inspección de Trabajo. El motivo: beneficiarse económicamente del trabajo de mujeres extranjeras sin papeles en un prostíbulo de su propiedad. Ninguna tenía contrato ni estaba registrada en la Seguridad Social.
Así lo indica el diario de El Debate en sus informaciones reveladas.
El local, llamado Kilómetro Ochenta y situado en Ituero y Lama (Segovia), ya había sido escenario de un caso grave. Allí, la Policía Nacional desmanteló una red de trata. Una mujer rumana había sido secuestrada y obligada a prostituirse bajo amenazas de muerte.

Según reveló El Debate, la multa impuesta al tío de Gómez asciende a 66.339,04 euros. Fue resultado de una inspección laboral sin previo aviso.
En el club, los inspectores hallaron once mujeres, procedentes de Brasil, Colombia y Nigeria. Todas vivían en el prostíbulo y todas ejercían la prostitución en condiciones ilegales.
Tras hablar con ellas, los inspectores determinaron que existía “una relación de ajenidad y dependencia”. Es decir, trabajaban para el local. Añadieron que las mujeres estaban sometidas a “jornadas maratonianas en el marco de una explotación laboral encubierta”.
Su rutina era fija: desde las cinco de la tarde hasta las tres de la madrugada. Los ingresos dependían de las consumiciones que lograran que los clientes pidieran. A cada una se le pagaba el 50 % de esas copas y la jornada era cerrada y repetitiva, había una relación laboral clara.
La empresa que gestionaba el club, San Bernardo 36 SL, fue sancionada por una infracción “muy grave”. El motivo: tener empleadas extranjeras sin permiso de trabajo.

Francisco Enrique intentó que la sanción no prosperara. Alegó que “las chicas no eran prostitutas sino clientas”.
También trató de anular el procedimiento. Dijo que no hubo intérprete cuando las mujeres fueron interrogadas. Pero los inspectores rechazaron la queja, y afirmaron que “hablaban y comprendían perfectamente el idioma”.
Este mismo club ya había sido investigado en 2016 por la Brigada Central contra la Trata de Seres Humanos. En ese operativo, la Policía liberó a una prostituta rumana retenida contra su voluntad.
Trabajaba en el local del tío de Gómez bajo amenazas de muerte. Así lo recogió la sentencia del Tribunal Supremo, que condenó al encargado a tres años de prisión.
Durante el registro, también se hallaron armas y balanzas utilizadas para pesar droga, según informó el diario El Debate.
Lo cierto es que vuelve a ser un familiar de Begoña Gómez, esta vez su tío, el que pone su apellido en la polémica.
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