
Homenaje a una gran mujer: María Jesús Talavera Jaudenes
La opinión de Javier García Isac de hoy, domingo 27 de abril de 2025
La madrugada del viernes al sábado nos ha dejado una gran mujer, de esas que ya no abundan, de esas que dejan huella imborrable en cuantos tuvieron el honor de conocerla. María Jesús Talavera Jaudenes, nuestra querida Chus, ha emprendido su viaje definitivo, pero su memoria, su ejemplo y su amor seguirán vivos en el corazón de todos los que la conocieron y, muy especialmente, en su familia, su gran obra maestra.
Chus era una mujer de las que forjan carácter. Madre de siete hijos —Beatriz, Elena, Cristina, María, Luis, Gabriel y nuestra compañera, amiga y confidente Mercedes de Berard Talavera—, su vida fue un ejemplo de entrega, de fortaleza, de humor inteligente y de pasión por los suyos. Una mujer de convicciones firmes, de temple inquebrantable, de esas que no dejaban nunca indiferente, porque Chus era esencia pura, genuina y auténtica. No había medias tintas con ella. En una época en la que tantos huyen del compromiso y de la responsabilidad, María Jesús Talavera representa lo mejor de una generación que entendía que vivir era luchar, sacrificarse y, sobre todo, amar sin condiciones.
Tuve el privilegio de conocerla, y pocas mujeres me han impresionado tanto como ella. Su mirada franca, su agudo sentido del humor, su ironía elegante que envolvía las verdades más profundas… Chus era sabiduría popular y sentido común, era ternura escondida bajo una firmeza que sólo aquellos que la amaban sabían interpretar correctamente.
Hoy rendimos homenaje también a su marido, Luis, su compañero de vida, su apoyo incondicional, y a toda su familia, esa familia que ella, junto a Luis, levantó con esfuerzo, con principios y con una generosidad inagotable. Todos ellos son el reflejo de lo que fue Chus: personas fuertes, nobles, luchadoras.
Pero permítanme detenerme en alguien muy especial para todos nosotros en el Grupo EDATV e Informa Radio: nuestra Mercedes. No es fácil encontrar en la vida personas como Mercedes. Siempre dispuesta a escuchar, a ayudar, a sostener cuando las fuerzas flaquean. Siempre preocupada por el bien de todos, siempre al pie del cañón, siempre poniendo por delante los problemas de los demás antes que los suyos. Mercedes es, sin exagerar, un poco la mamá de todos nosotros. No hay decisión importante que no pase antes por su criterio, no hay problema que no encuentre en ella una mano tendida. Por eso hoy, querida Mercedes, queremos que sepas que no estás sola. Nunca lo has estado. Hoy, más que nunca, estamos contigo, como tú has estado siempre con nosotros.
Sabemos que no atraviesas tus mejores momentos, que el dolor es intenso y la pérdida inmensa, pero también sabemos —porque así te educaron, porque así te formaron Luis y Chus— que tienes dentro de ti una fuerza que nada ni nadie podrá jamás quebrar. El amor que recibiste de tu madre, y que sigues recibiendo, porque como bien sabes, la muerte no es el final, es la semilla de una vida que ya no conoce ni sufrimiento ni lágrimas.
María Jesús Talavera Jaudenes vivirá siempre en tus gestos, en tus palabras, en tu forma de ser. Vivirá en cada uno de tus hermanos, en cada uno de sus nietos, en cada recuerdo que evoquéis con una sonrisa o una lágrima, que en el fondo serán siempre actos de amor.
Querida Chus, descansa en paz. Tu legado sigue vivo. Nos dejas una lección de vida que no olvidaremos. Y querida Mercedes, gracias. Gracias por ser como eres. Gracias por ser la fuerza tranquila de este equipo, el alma que nos une, la voz que aconseja y el corazón que anima. Hoy te abrazamos todos con el cariño que tú tantas veces nos has dado. Hoy lloramos contigo, pero también celebramos la vida de una mujer irrepetible.
Hasta siempre, Chus.
Javier García Isac
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