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Isabel II con sombrero amarillo junto a un emoji asustado.
CORAZÓN

Sarah Ferguson suelta una bomba sobre la reina Isabel que hace temblar a Inglaterra

Sarah Ferguson revela un secreto íntimo que impacta y sorprende: la imagen de la reina Isabel II en el centro público

La familia real británica está rodeada de historias que conmueven y sorprenden a la opinión pública. Detrás de la elegancia y los actos oficiales, existen conexiones profundas y afectos que se guardan en la intimidad. A veces, son pequeños detalles los que reflejan la esencia y la humanidad de sus miembros.

Sarah Ferguson, la duquesa de York, ha compartido recientemente una anécdota. Esta información ha capturado la atención de quienes siguen la historia real con interés. El relato mantiene vivo un vínculo entre generaciones y que trasciende el tiempo y la ausencia.

Mujer con cabello pelirrojo y vestido negro con capa blanca, usando guantes largos negros y pendientes brillantes, sonriendo frente a un fondo claro.

Los corgis, un lazo vivo con la memoria de la reina

La duquesa explicó que cuida a los corgis Sandy y Muick, los últimos perros de la reina Isabel II. “Tengo a sus perros, tengo a sus corgis”, confesó con una sonrisa llena de cariño y respeto. Para Sarah, los ladridos de estos perros son como mensajes de la difunta reina, un recuerdo constante y cálido.

“Todas las mañanas entran y dicen «¡guau, guau!», y estoy segura de que es ella quien me habla”, añadió. Este gesto íntimo simboliza una presencia que sigue acompañando a la familia real. Recordándoles la importancia del amor y la conexión más allá de la vida física.

Dos perros de raza Corgi de pie sobre un suelo de piedra.

El duelo de los perros y el cuidado de Sarah

Después de la muerte de Isabel II, Sarah notó que los corgis mostraban signos evidentes de tristeza y duelo. Consultó con un encantador de perros para entender su comportamiento y recibió consejos para ayudar a los corgis a superar la pérdida. “Se les bajó la colita y quería que la movieran de nuevo”, relató la duquesa, reflejando la profunda sensibilidad hacia ellos.

Este detalle humano revela la dedicación y el cariño con que Sarah y su familia cuidan de este legado viviente. Los corgis, que acompañaron a la reina, siguen siendo un símbolo de la historia y la calidez de la monarquía británica.

Un homenaje que trasciende generaciones

A lo largo de su vida, Isabel II tuvo 30 corgis, cada uno con un nombre propio y un lugar especial en su corazón. Sarah recordó que estos perros eran mucho más que simples mascotas. Eran compañeros y símbolos nacionales queridos.

La continua presencia de los corgis y el cuidado que reciben mantienen viva la memoria de la reina. Este significativo vínculo ofrece una mirada sincera y emotiva sobre la familia real. Mostrando un lado más humano y cercano que pocas veces se ve en los titulares.

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