Julián Muñoz tiene problemas: revelan qué hizo la primera vez que salió de la cárcel

Julián Muñoz ha recibido una gran noticia en las últimas horas. El Juzgado Central de Vigilancia Penitenciaria le ha eximido de sus trabajos comunitarios. Estas labores eran requisito obligatorio que debía cumplir el exalcalde para conseguir su libertad condicional.

Sin embargo, ya no tendrá que realizar las labores que estaba ejerciendo. Julián Muñoz trabajaba como jardinero de una iglesia y también ayudaba a un equipo de fútbol de niños en Marbella.

La decisión de la Audiencia Nacional es librarle de su voluntariado en Marbella para que “pueda centrarse con mayor fuerza y valor en el cuidado de su salud”.

Así lo han explicado en el documento judicial. “A la vista de lo expuesto en atención al estado de salud del interno y que la actividad de voluntariado puede resultarle gravosa, procede dejar sin efecto la medida impuesta, a fin de que pueda centrarse con mayor fuerza y valor en el cuidado de su salud”, se leía.

La curiosa anécdota por la que le quitaron el tercer grado en 2018

Esta liberación de sus funciones comunitarias recuerda a la curiosa situación que se vivió aquella vez que le concedieron el tercer grado en el año 2018.

Por aquel entonces, Julián Muñoz aseguraba que se encontraba en un preocupante estado de salud durante su estancia en prisión. De hecho, se le diagnosticó una “enfermedad muy grave con padecimiento incurable”. Un hecho que motivó a que la Justicia lo sacara de la cárcel.

Sin embargo, se conoce que su salud no estaba tan mal como podía parecer dentro del centro penitenciario. Tras su salida, se le pudo ver en varios locales de Marbella acompañado de una novia que tenía por aquel entonces.

De ahí surge la curiosa anécdota. Un acto que sorprendió mucho a todo el mundo en aquel momento. Y es que Julián Muñoz fue descubierto a altas horas de la madrugada bailando y cantando sevillanas en un tablao flamenco del municipio marbellí. Esta actitud contradecía mucho a la que mostraba dentro de la cárcel, donde presumía de un mal estado de salud del que apenas podía moverse.

Unos actos que de los que no tardó en lamentarse. Ya que después de que las imágenes fueran publicadas por la prensa, salió a pedir disculpas por su comportamiento: “Me he equivocado, me arrepiento”, dijo Julián Muñoz.

Sin embargo, sus disculpas no sirvieron de mucho. Al conocer los hechos, se le revocó la concesión del tercer grado y tuvo que volver a la cárcel.

Veremos si esta vez la exoneración por salud está debidamente justificada. O, si una vez más, Julián Muñoz se ha salido con la suya para librarse de los trabajos comunitarios que estaba realizando.