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El príncipe Harry y Meghan Markle caminando juntos al aire libre con un megáfono y un emoji de cara triste superpuestos en la imagen.
CORAZÓN

Harry y Meghan Markle reciben la respuesta de Buckingham Palace y es muy dura

La estocada definitiva de la Casa Real Británica a los duques de Sussex, el príncipe Harry y Meghan Markle

Mientras el príncipe Harry agitaba las aguas desde la BBC, en Londres el rey Carlos III optaba por un lenguaje más sutil, aunque no por eso menos contundente. Tres días después de sus explosivas declaraciones del duque de Sussex, el monarca reapareció en el balcón del Palacio de Buckingham acompañado del núcleo duro de los Windsor.

Sin palabras, pero con un claro mensaje

No hubo discursos ni gestos dramáticos, solo una imagen sólida. Carlos III, la reina Camila, los príncipes de Gales, sus hijos y otros miembros de la familia real, todos firmes, todos alineados. La ocasión fue el desfile del Día de la Victoria, pero el contexto transformó la escena en una declaración de intenciones.

Montaje de fotos de primer plano del príncipe Harry y Meghan Markle, ambos con expresiones serias.

Según se ha interpretado, esta aparición colectiva ha sido leída como una respuesta directa al hijo menor de Carlos III. Una forma de reforzar la idea de que, pese a todo, la institución sigue en pie y unida. La realeza británica no improvisa: cada aparición pública está medida.

Una puesta en escena que refuerza la corona

Esta, en particular, ha sido entendida como una maniobra estratégica para devolver la atención al símbolo de unidad que representa la familia. En contraste con las recientes palabras del príncipe Harry, la escena buscaba exhibir cohesión y firmeza institucional. El comportamiento de los Windsor fue calmado y destacó un gesto de la princesa Ana.

Al ver a su hermano Carlos III ligeramente desorientado, le tocó el hombro suavemente para avisarle de que debía colocarse en su sitio antes de que comenzara el himno nacional. Para muchos, este pequeño acto ha simbolizado no solo cuidado entre hermanos, sino también el respaldo discreto, pero constante que se da entre los miembros de la realeza. En días marcados por la presión mediática, este tipo de gestos pesan más de lo que parece.

Dos personas mayores elegantemente vestidas, una de ellas con un traje azul y corbata a juego, saludan mientras caminan al aire libre, la otra persona lleva un vestido azul claro con un sombrero adornado con una flor.

Los pequeños Windsor también envían señales

Los hijos de los príncipes de Gales, George, Charlotte y Louis, también jugaron su papel. En particular, el más pequeño volvió a robarse la atención. Durante el himno, Louis notó que su hermano George tenía las manos entrelazadas: sin dudarlo, le dio un leve toque para corregir su postura.

A lo largo del acto, Louis también se dejó ver juguetón, tocando las aiguillettes doradas del uniforme de su padre o extendiendo las manos para sentir las primeras gotas de lluvia. Momentos que, lejos de restar seriedad, humanizan a la familia ante los ojos del público. El cierre de la jornada vino con una exhibición aérea aplaudida por todos los presentes.

Una escena pensada para dejar huella, no solo en el calendario institucional, sino también en el pulso mediático de los Windsor. Mientras el príncipe Harry sigue intentando acercarse desde la distancia, Carlos III responde con otra estrategia: la del silencio solemne y la imagen de poder.

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