
Yolanda Díaz se pronuncia sobre la presencia de Sánchez en el cine durante el debate
La ministra de Trabajo y vicepresidente se quedó sola en la Cámara Baja en la votación de la reducción de jornada
Yolanda Díaz estuvo durante todo el debate de la reducción de jornada laboral sin la presencia del presidente del Gobierno. La imagen de debilidad parlamentaria del Gobierno era la foto que el presidente quería evitar, y lo hizo.
Ver cómo el PSOE y Sumar no podían formalizar una medida como esta era doloroso para ambas formaciones. Sin embargo, la ministra de Trabajo, sin el respaldo in situ del presidente del Gobierno durante ese debate, fue la diana. Su rifirrafe con Junts era algo por lo que Sánchez tampoco quería verse salpicado, y también consiguió huir.

Hoy la vicepresidente, Yolanda Díaz ha estado ante los micrófonos de Onda Cero donde ha sido preguntada por la ausencia del presidente. Una ausencia que coincidió con la visita institucional de Pedro Sánchez y su mujer, que declaró esa misma mañana ante el juez, en los cines Callao de Madrid.
La ministra no ha tardado en echar un capote al presidente: "Cada uno debe de hacer institucionalmente lo que debe de hacer. No estaba previsto que el presidente del Gobierno estuviera presente en este debate."
Tras ser repreguntada sobre si no lamentaba la ausencia de Sánchez, Yolanda responde entre riss: "Estoy segura de que el presidente siguió el debate."
Mientras, en los Cines Callao
El lugar elegido fue Cines Callao, en el corazón de Madrid. La ocasión, el preestreno de El cautivo, la nueva película de Alejandro Amenábar sobre Miguel de Cervantes. A la pareja no le esperaba precisamente un ambiente relajado.

A su llegada, a pesar de acceder por una entrada secundaria, Sánchez y Gómez fueron reconocidos de inmediato. Los abucheos no tardaron en sonar. Entre ellos, los gritos que se han convertido en un estribillo incómodo para el presidente: “¡Pedro Sánchez, hijo de puta!”.
Finalmente, Gómez salió primero, unos metros por delante, por una puerta poco concurrida. Después, Sánchez hizo lo mismo, siempre rodeado de escoltas y a paso rápido hasta el coche oficial. Una retirada discreta, calculada para evitar una nueva oleada de reproches.
El detalle no pasó desapercibido. El presidente, cuestionado en el Congreso, y su esposa, señalada en los tribunales, buscaban refugio en la oscuridad de una sala de cine.
La imagen resulta significativa. Mientras en la Cámara Baja Yolanda Díaz avanzaba en su pulso político que terminó en derrota parlamentaria para Sánchez, este optaba por una velada cultural. Un contraste llamativo entre la crisis institucional y la evasión privada.
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