
Puigdemont eliminó de su currículum la mentira de que se licenció en Periodismo
En la legislatura novena, Puigdemont había consignado con fecha del 10 de diciembre de 2010 que poseía esa titulación
Carles Puigdemont modificó en silencio su perfil oficial como diputado en el Parlament. Lo hizo el 30 de diciembre de 2012, cuando presentó su ficha para la décima legislatura. En esa actualización eliminó no solo la afirmación de que era “licenciado en Periodismo”, sino también todo el apartado de “Formación y actividad profesional”.
La corrección fue significativa. En la legislatura anterior, la novena, Puigdemont había consignado con fecha del 10 de diciembre de 2010 que poseía esa titulación.

Añadía, además, que había trabajado en el ámbito de la comunicación durante casi tres décadas, salvo en la etapa en que dirigió la Casa de Cultura de Girona. En esa ficha también detallaba que desde 2006 se dedicaba de lleno a la política. Por entonces ejercía como alcalde de Girona.
Sin embargo, su trayectoria como parlamentario muestra un relato distinto según el momento. En la octava legislatura, cuando debutó en la Cámara catalana, no hizo referencia a ninguna licenciatura en periodismo. Solo mencionó que había cursado estudios de filología catalana en el Colegio Universitario de Girona.
Más tarde, en la undécima legislatura, optó por no incluir nada en el apartado profesional de su ficha. Y en la duodécima legislatura recuperó la versión inicial, aquella que se limitaba a mencionar sus estudios de filología. Esa misma descripción es la que se mantiene en su perfil actual como diputado.
El caso volvió a la agenda mediática recientemente. Telemadrid recordó en un reportaje que Puigdemont había falseado su currículum al atribuirse una licenciatura que nunca obtuvo. Destaca la contradicción entre la información recogida en las diferentes fichas parlamentarias y los estudios que realmente cursó.
La reacción del entorno del expresidente fue inmediata. Su abogado envió un burofax a la televisión madrileña reclamando una rectificación. En el escrito sostuvo que “el M.H.P.

Carles Puigdemont nunca ha mentido en su currículum diciendo que era licenciado en periodismo”. La defensa trató de desacreditar la versión que vinculaba al líder independentista con la difusión de un título académico inexistente.
Los registros oficiales, no obstante, muestran cambios en la manera de presentarse. En algunos momentos optó por inflar su trayectoria, y en otros por borrar cualquier referencia académica. Esa evolución alimenta las críticas sobre la transparencia del político catalán y la forma en que ha construido su imagen pública.
El episodio se suma a otros debates sobre la veracidad de los currículums de representantes políticos en España. En varias ocasiones, la aparición de títulos discutidos o atribuciones académicas incorrectas ha derivado en polémicas públicas, dimisiones o rectificaciones. El caso de Puigdemont refuerza esa tendencia y vuelve a poner el foco en la rendición de cuentas de los cargos electos.
Hoy, la ficha oficial del expresidente en el Parlament refleja únicamente estudios de filología catalana, sin mención alguna a periodismo ni a otra titulación universitaria. El episodio, sin embargo, sigue abierto en el debate político y mediático. Y muestra cómo la construcción del perfil público de un dirigente puede cambiar con el tiempo, entre silencios, rectificaciones y omisiones.
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