
El PSOE y Junts acuerdan transferir migración a Cataluña y condonar deuda autonómica
El pacto establece que la Generalitat asumirá la gestión de la inmigración en su territorio, delegando incluso la expedición de documentos de residencia
Pedro Sánchez ha decidido ceder ante los intereses de los separatistas catalanes para asegurar su permanencia en el poder. El acuerdo entre el PSOE y Junts, firmado a cambio de la investidura de Sánchez tras las elecciones de julio de 2023.
No solo contempla la transferencia de competencias en materia de inmigración a la Generalitat. Si no también una quita de deuda catalana que supera lo inicialmente pactado.
El pacto establece que la Generalitat asumirá la gestión de la inmigración en su territorio, delegando incluso la expedición de documentos de residencia. Sin embargo, las competencias sobre el control de fronteras seguirán bajo la órbita estatal. Lo que ha desatado las críticas por la incongruencia en la distribución de poderes.

Lo más controvertido no es solo el acuerdo en sí, sino el contexto en el que se produce. Apenas unos días después, el Gobierno aprobó una condonación de más de 17.000 millones de euros de la deuda catalana. Lo que representa un 22% de lo que Cataluña debía al Fondo de Liquidez Autonómica (FLA).
Este porcentaje supera las previsiones iniciales y coloca a Sánchez en una posición incómoda, donde la balanza entre la política económica y sus intereses políticos se inclina hacia la segunda.
A cambio de esta condonación y la cesión de competencias, el PSOE busca apaciguar las tensiones internas dentro de su coalición y obtener el apoyo necesario de los separatistas. Para afianzar su débil mayoría parlamentaria. Este tipo de acuerdos pone en duda la estabilidad del país y plantea serias preguntas sobre el futuro de la cohesión territorial en España.
El principal argumento de los opositores es que la cesión de competencias en inmigración y la quita de deuda van más allá de lo razonable. Sentando un precedente peligroso para futuras negociaciones con otras comunidades autónomas.

Se cuestiona si este tipo de pactos no solo debilitan el marco constitucional. Si no que además refuerzan las demandas separatistas a costa de la unidad nacional.
A pesar de las críticas, Sánchez se resiste a presentar los Presupuestos Generales del Estado. Un requerimiento constitucional que se va retrasando mientras avanza en la consolidación de su apoyo con los partidos independentistas. Lo que está en juego no es solo la estabilidad política de España, sino el futuro de su marco constitucional y las bases que sostienen la unidad del país.
El pacto entre el PSOE y Junts refleja una estrategia política arriesgada. Donde las cesiones a los separatistas catalanes pueden terminar siendo una carga a largo plazo. Si Sánchez continúa priorizando su permanencia en el poder sobre el respeto a la Constitución, España podría enfrentarse a un futuro político incierto y polarizado.
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