
El PSOE vuelve a someterse al separatismo y pide suspender el pleno el día de la Diada
No existen precedentes de paralizar la actividad parlamentaria por festividades autonómicas
El PSOE ha dado un nuevo paso que evidencia su dependencia del separatismo catalán. El Grupo Socialista en el Congreso solicitará que el Pleno previsto para el 11 de septiembre no se celebre. El argumento oficial es el “respeto a la Diada”, fiesta autonómica catalana.
La decisión no es menor. El calendario del Congreso fijaba que la primera semana de plenos tras el verano sería del 9 al 11 de septiembre.

Sin embargo, los socialistas piden suspender la jornada del jueves. Alegan que los diputados catalanes necesitan estar en los actos de sus partidos y en las celebraciones oficiales.
Hasta ahora, en otras ocasiones, se habían adelantado votaciones para evitar coincidencias. Pero nunca se había paralizado el Congreso entero.
La medida abre un precedente sin registros anteriores. Ni en el Día de Andalucía, ni en el 9 de octubre valenciano se suspendieron plenos.
Un gesto al separatismo
La petición del PSOE llega en un momento delicado. Junts y ERC siguen siendo piezas clave para la estabilidad parlamentaria de Pedro Sánchez.
Sin ellos, la legislatura peligra. Y el gesto de suspender el Pleno parece dirigido a contentarles.
El año pasado, los siete diputados de Junts se ausentaron del Congreso el 11 de septiembre. Prefirieron estar en Cataluña durante la Diada.
Esa ausencia dejó al bloque de investidura con menos apoyos. Ahora, el PSOE busca evitar esa situación.

No es la primera vez que los socialistas muestran flexibilidad con los partidos separatistas. Ya lo hicieron en la negociación de la amnistía y en el trato preferente a los socios independentistas. La suspensión del Pleno por una festividad autonómica ahonda esa línea.
Una fecha incómoda
La elección del día no pasa desapercibida. El 11 de septiembre también está citada Begoña Gómez, esposa de Pedro Sánchez, en el Juzgado de Instrucción 41 de Madrid.
Está imputada por presunto delito de malversación. Ese mismo día debía celebrarse Pleno en el Congreso.
La coincidencia de fechas añade más polémica. La oposición denuncia que la petición del PSOE no solo busca contentar al separatismo. También evitaría que la atención mediática se centrara en el Congreso mientras la mujer del presidente declara ante el juez.
Críticas a un “privilegio”
La suspensión de sesiones en el Congreso suele reservarse a situaciones excepcionales. Catástrofes naturales, tragedias o emergencias nacionales.
Nunca por festividades autonómicas. Por eso, la petición socialista ha levantado críticas.
Para muchos analistas, se trata de un gesto de sumisión al separatismo. El PSOE coloca los intereses de Junts y ERC por encima de la normalidad institucional. Además, envía un mensaje de debilidad política en un momento en que cada voto cuenta.
Dependencia cada vez mayor
El movimiento deja claro el peso que el separatismo tiene sobre el Gobierno. Cada decisión se calibra para no incomodar a los socios catalanes. Desde la amnistía hasta los debates parlamentarios, todo parece negociable.
El PSOE, con su petición, abre un precedente peligroso. Si prospera, el Congreso habrá suspendido su actividad por una fiesta autonómica.
Algo que nunca ocurrió en Andalucía, Valencia o Madrid. Una señal evidente de que la legislatura sigue atada a los designios del independentismo catalán.
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