
Pedro Sánchez se blinda e impide la navegación cerca de La Mareta
Ha sido Salvamento Marítimo quien ha emitido una alerta sobre el cierre del espacio marítimo con coordenadas
La Mareta se blinda y, por tanto, también lo hace Pedro Sánchez y todos los que comparten espacio vacacional. El presidente del Gobierno tiene una zona restringida para el tráfico marítimo, justo en la zona donde se encuentra de vacaciones en La Mareta.
Ha sido Salvamento Marítimo quien ha publicado una alerta acordonando un espacio delimitado por cuatro coordenadas. Estas coinciden con la zona en la que se encuentra La Mareta:
28°59′15″N 13°30′19″O.
La costa de Lanzarote vuelve a estar marcada por restricciones. Esta vez, en torno a La Mareta, la residencia vacacional que utiliza Pedro Sánchez junto a su familia.
El Boletín Oficial ha establecido un área de más de 66 hectáreas de mar donde no podrá navegar ninguna embarcación. La justificación oficial: motivos de seguridad.

La zona incluye una pequeña bahía. Allí desemboca la playa de un hotel. Sus huéspedes tampoco podrán disfrutar con normalidad del mar.
El perímetro se extiende entre los puntos señalados como A, B, C y D. Rodean por completo la mansión que Patrimonio Nacional pone a disposición del presidente. El resultado: un espacio cerrado al uso común mientras Sánchez pasa sus vacaciones.
El presidente disfruta de un mes completo en la isla y no está solo. Lo acompañan su mujer, Begoña Gómez, y familiares de ella. La medida vuelve a generar debate sobre el trato de privilegio que recibe la residencia.
No es la primera vez que ocurre. Cada verano se establecen restricciones especiales y el objetivo es garantizar la tranquilidad del jefe del Ejecutivo. Pero la incomodidad entre vecinos y turistas crece.

El contraste con la situación del país es evidente. España vive un verano marcado por incendios devastadores.
Miles de hectáreas han sido arrasadas en la mitad occidental de la península. Municipios enteros han tenido que ser desalojados.
Pedro Sánchez ha interrumpido en dos ocasiones sus vacaciones para atender la crisis. Aunque solo de manera puntual. La agenda oficial no le ha restado demasiado tiempo de descanso.
Las críticas arrecian en redes sociales. Muchos ciudadanos consideran excesivas las medidas de blindaje. Señalan el gasto público y el impacto en la vida cotidiana de quienes viven o veranean en Lanzarote.
El Gobierno insiste en que se trata de decisiones técnicas. Los protocolos de seguridad para altos cargos incluyen este tipo de restricciones. Pero cada año la polémica se repite.
El contraste entre la exclusividad de La Mareta y los problemas reales del país alimenta la controversia. La falta de medios contra incendios, la carestía de la vida y la baja natalidad son algunos de los asuntos que preocupan a los españoles. Mientras tanto, la residencia presidencial se blinda y el mar se cierra.
La imagen es clara: un perímetro de 66 hectáreas de agua vacío, custodiado por seguridad, y un presidente disfrutando de su refugio canario.
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