
La nefasta gestión de Rebeca Torró en Valencia: los puentes no soportaba los trenes
La nueva secretaria de Organización del PSOE sigue arrastrando duras polémicas de su anterior etapa en Valencia
Rebeca Torró, recientemente ascendida a secretaria de Organización del PSOE, arrastra una nefasta de gestión en la Comunitat Valenciana. Una que sigue generando indignación. Durante su etapa como consellera de Transportes en el Gobierno de Ximo Puig, encabezó la compra de trenes por valor de 43 millones de euros.
Sin embargo, esos trenes no podían circular por la línea 9 del TRAM entre Denia y Benidorm.
El problema era grave. Los trenes pesaban 63 toneladas, pero algunos puentes del recorrido, como los del Algar y el Mascarat, solo soportaban 50.

El resultado fue una línea inservible para los nuevos trenes y un caos en la movilidad de dos comarcas enteras.
La Generalitat, bajo el mando de Torró, presentó la reactivación del tramo Gata de Gorgos-Denia como un avance. En realidad, se convirtió en símbolo de chapuza y falta de planificación.
Los usuarios se vieron obligados a hacer hasta dos transbordos para recorrer apenas 100 kilómetros. En muchos casos, los trayectos superaban las tres horas. Un servicio fragmentado, lento y con constantes interrupciones.
Las obras realizadas inicialmente para reforzar los puentes fueron insuficientes. Finalmente, hubo que construir desde cero dos nuevos viaductos para permitir la circulación de los trenes. Todo ello supuso un gasto añadido de millones de euros que paga hoy el actual gobierno valenciano.
Durante años, los vecinos de la Marina Alta y Baja soportaron un servicio indigno. Sin continuidad, con transbordos en autobús y esperas interminables. Un sistema de transporte del siglo pasado, pese a las inversiones millonarias.
Las críticas no tardaron en llegar. En 2023, el Partido Popular exigió en Les Corts la destitución inmediata de Torró y de la dirección de Ferrocarrils de la Generalitat Valenciana. El PP calificó la gestión como una “estafa” y denunció el “derroche de recursos públicos”.
Miguel Barrachina, director de campaña del PPCV, visitó el Puente de Quisi, símbolo del desastre. Desde allí, pidió responsabilidades políticas y recordó que los usuarios deben usar hasta tres trenes distintos para completar el trayecto. “Estamos ante el recorrido más lento y tortuoso de toda España”, sentenció.
A pesar de las evidencias, nadie asumió responsabilidades. Ximo Puig no cesó a Torró. Al contrario: su carrera siguió en ascenso y hoy ocupa un cargo de máxima relevancia en la estructura nacional del PSOE.

Este caso refleja una gestión basada en la improvisación. Una decisión técnica mal planteada que acabó afectando a miles de personas y una obra presentada como éxito, que se convirtió en fracaso. Y una consellera premiada, pese al escándalo.
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