
La millonaria cantidad que Renfe no abonará por el cambio de criterio de indemnización
Esa nueva reforma ha afectado a 2 millones de viajeros que no percibirán ni un solo euro por los retrasos de los trenes
El verano ha dejado cifras demoledoras para la Alta Velocidad española. Entre junio y agosto, 6.554 trenes de larga distancia y AVE llegaron con más de 15 minutos de retraso. En la práctica, cuatro de cada diez trenes han llegado tarde.
Los usuarios han sufrido las consecuencias. Retrasos, enfado y pérdida de confianza en un servicio que siempre se vendió como sinónimo de puntualidad. Pero hay otra consecuencia menos visible: el ahorro millonario que Renfe ha logrado a costa de sus pasajeros.
La clave está en la reforma del Compromiso de Puntualidad que la compañía aprobó en julio de 2024. Desde ese momento, reclamar un reembolso por demoras es mucho más difícil.

El cambio se justificó como una adaptación al reglamento europeo de 2021. Pero el resultado ha sido un recorte drástico de los derechos de los viajeros.
Antes, con un retraso de 15 minutos, el cliente tenía derecho a recuperar el 50% del billete. Si el retraso alcanzaba los 30 minutos, podía exigir la devolución total.
Ahora, las condiciones se han endurecido de forma radical. Para lograr un 50% hay que esperar 60 minutos. Para obtener el 100% hacen falta 90.
El impacto ha sido inmediato. Este verano viajaron en AVE y larga distancia unos 12,5 millones de personas, y de ellas, 25 de cada 100 sufrieron retrasos. Sin embargo, solo tres de cada 100 pudieron reclamar alguna compensación.
La diferencia es enorme. Con las condiciones anteriores, más de 2,4 millones de usuarios habrían recibido un reembolso. Con el nuevo sistema, solo 444.000 lo han conseguido.
Traducido a cifras, el ahorro para Renfe supera los 79 millones de euros en tres meses. La CNMC calculó en 42,84 euros el precio medio del billete de larga distancia. Con esa referencia, unos 27 millones habrían correspondido a devoluciones parciales y 52 millones a reembolsos completos.

El recorte equivale a un 82% menos de indemnizaciones. Un ahorro que contrasta con la pérdida de puntualidad reconocida incluso por el propio Gobierno. El ministro de Transportes, Óscar Puente, admitió el 4 de septiembre que las incidencias continuarán al menos dos años por problemas en el material rodante.
El resultado es paradójico. Cuantos más retrasos sufre la red, menos compensa Renfe a sus viajeros. El nuevo compromiso, que la operadora llegó a presentar como “el más ventajoso de Europa”, algo que ha supuesto en la práctica un retroceso para millones de pasajeros.
La compañía mantiene que se adapta a la normativa comunitaria. Pero lo cierto es que durante años fue más generosa que lo exigido por Bruselas. Ahora ha dado marcha atrás y el resultado lo pagan los usuarios.
El verano deja una conclusión clara. Los trenes llegan tarde.
Los viajeros pierden tiempo y dinero. Y Renfe, gracias a su reforma, se ha guardado en caja casi 80 millones que, en otras condiciones, habrían ido a compensar a los afectados.
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