
Marruecos pide 5 años de cárcel a una mujer por una camiseta que ponía Alá es lesbiana
Mañana volverá a declarar y a enfrentarse a una pena de hasta cinco años
El caso de la activista feminista marroquí Ibtissam Lachgar, conocida como Betty, ha abierto un fuerte debate en Marruecos. La militante feminista se enfrenta a una posible condena de hasta cinco años de prisión por posar con una camiseta en la que se leía el mensaje “Alá es lesbiana”.
Juicio por blasfemia en Rabat
El Tribunal de Primera Instancia de Rabat acusa a Lachgar de atentar contra la religión islámica. La base legal se encuentra en el artículo 267-5 del Código Penal marroquí.
Este castiga con entre seis meses y dos años de cárcel a quien insulte o ridiculice el Islam. Además, contempla multas que pueden alcanzar los 200.000 dirhams, unos 18.900 euros.

En este caso, la pena podría ser más dura. El tribunal considera que el acto fue publicitado y difundido en medios electrónicos. Ese agravante elevaría la condena máxima a cinco años de prisión.
Detención y acusaciones
Lachgar fue arrestada el 10 de agosto tras publicar en redes sociales la polémica fotografía. En la publicación también calificaba al Islam como una “ideología religiosa, fascista, falocrática y misógina”. La detención encendió las alarmas en organizaciones feministas y de derechos humanos, que denunciaron una acción arbitraria.
Desde entonces, la activista ha comparecido en varias sesiones del juicio. Mañana volverá a declarar. Su defensa ha pedido la libertad provisional, aunque la solicitud fue rechazada por el tribunal.
Críticas a la detención
La Asociación Marroquí de Derechos Humanos (AMDH) ha sido una de las primeras en criticar el proceso. Hakim Sikouk, presidente de la sección de Rabat, aseguró que la detención fue “arbitraria” y “no justificada”. Recalcó que, aunque el mensaje sea polémico, Lachgar tiene derecho a expresarse libremente.
Organizaciones feministas y laicas han convocado manifestaciones diarias en apoyo a la activista. Además, denuncian que su estado de salud es delicado.

Lachgar es superviviente de cáncer y requiere tratamiento médico constante. En change.org ya circula una petición para exigir su liberación inmediata.
Reacciones políticas
El caso ha polarizado a la sociedad marroquí. Algunos sectores defienden el respeto absoluto a la religión como principio básico del país.
Entre ellos, el exministro de Justicia, Mustafa Ramid, que afirmó que la libertad de expresión no puede incluir la burla a las creencias religiosas. También pidió que Lachgar “sea cuestionada” judicialmente.
Por el contrario, colectivos progresistas denuncian que el caso refleja la falta de garantías para quienes defienden libertades individuales. La abogada Souad Brahma, presidenta de la AMDH y defensora de Lachgar, insiste en que la causa vulnera compromisos internacionales asumidos por Marruecos en materia de derechos humanos.
Una figura clave del feminismo marroquí
Lachgar es una de las feministas más conocidas del país. En 2009 cofundó el Movimiento Alternativo para las Libertades Individuales (MALI). El colectivo defiende la legalización del aborto, las relaciones extramatrimoniales y los derechos de la comunidad LGTBI.
El futuro judicial de Lachgar sigue abierto. El tribunal decidirá si aplica la pena máxima. La posibilidad de una condena de cinco años de cárcel coloca a Marruecos en el centro del debate sobre libertad de expresión y libertad religiosa.
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