
Los maltratadores burlaban la localización de las pulseras colocándolas en animales
Según la Guardia Civil advirtió de estos hechos, algo que hacía que las mujeres se sintieran "desprotegidas"
El mal funcionamiento y los fallos en las pulseras es algo de lo que la Guardia Civil ya advirtió. Concretamente, el pasado 25 de febrero en la reunión de la Comisión de Coordinación de Violencia de Género de Granada, se puso sobre la mesa los fallos en las pulseras.
Estas estaban previstas para que los maltratadores y agresores no se aproximasen a sus víctimas. Aquella acta dejaba claro que los errores y fallos no eran únicamente por el trasvase de datos, sino en la calidad y su fácil manipulación.
También recoge que muchas mujeres acabaron rechazando sus pulseras porque, según señalaban, "beneficiaba al agresor". Ya que primaba, en los procedimientos judiciales por quebrantamiento, los datos erróneos de localización que transmite el servicio Cometa sobre su palabra.

De hecho, en ese informe se indica que además de ser fallos reiterados, que los dispositivos se quitan con facilidad. Incluso, se colocan en animales para burlar la localización y el sensor térmico.
Mandos de la Guardia Civil advirtieron que los dispositivos fallan con frecuencia. Señalaron que muchas mujeres se sienten desprotegidas y que algunas incluso han planteado devolverlos al juzgado.
El grave caso
El caso más grave se registró en Padul. El agresor de una víctima llegó a acercarse hasta su domicilio sin que saltara ninguna alarma.
Las cámaras de tráfico confirmaron su presencia, pero el sistema Cometa insistía en que todo funcionaba con normalidad. La mujer había presentado cinco denuncias previas por incumplir la orden de alejamiento.

Las investigaciones demostraron que el brazalete podía ser manipulado. En algunos casos, los agresores lograron quitárselo con facilidad o cubrirlo con materiales que bloqueaban la señal. Incluso se detectó que algunos colocaban la pulsera en un animal para engañar al sensor térmico.
La magistrada del Juzgado de Violencia de Género número 2 alertó de que los fallos provocan ansiedad e inseguridad en las víctimas. Además, generan graves problemas de prueba en los juicios. Los informes del centro Cometa, que tienen presunción de veracidad, a menudo contradicen los hechos comprobados.
En la reunión también se apuntó a la responsabilidad de la nueva empresa que gestiona los dispositivos. Según los asistentes, los brazaletes funcionan “mucho peor” desde el cambio. Por ello, se pidió una auditoría urgente y la revisión del contrato.
A pesar de todo esto, nadie ha asumido responsabilidades, ni la ministra de Igualdad actual, que sigue aferrada a su Ministerio. Ni siquiera la antigua cartera ha pedido disculpas, más allá de tildar de bulo la desprotección vivida por parte de varias mujeres.
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