
Así es como las mafias subsaharianas dirigen saltos masivos a la frontera en Ceuta
Las mafias subsaharianas son el cerebro detrás de esto, operan desde Marruecos con gran precisión
La ciudad autónoma de Ceuta vive días de tensión extrema, grupos criminales de origen subsahariano controlan los intentos de cruce ilegal desde Marruecos.
Estos traficantes usan redes sociales para planear asaltos, también comparten sus logros con el mundo entero. Esto atrae a más personas desesperadas, la valla fronteriza parece cada vez más frágil ante esta oleada coordinada.
Todo empezó con fuerza en 2021, aquel año, miles de inmigrantes entraron de golpe. Las calles de Ceuta se llenaron de caos, desde entonces, el número de cruces ilegales no para de subir.
En 2022, se contaron 767 entradas de enero a agosto. Un año después, en 2023, bajaron un poco a 708. Eso fue un 7,7% menos.
Pero 2024 cambió todo, hubo 1.936 intentos en el mismo periodo, eso significa un salto del 173,4% respecto a 2023. Ahora, en 2025, hasta agosto ya van 2.418, es un 24,9% más que el año pasado.

Los expertos prevén más de 3.600 para fin de año, en total, desde 2022, el aumento supera el 215%. Recursos locales están al límite y el Centro de Estancia Temporal para Inmigrantes (CETI) acoge a más de 1.000 personas, su capacidad real es solo de 512 plazas.
Del otro lado de la valla, en áreas como Beliones y el Monte de la Mujer Muerta, esperan miles, hay más de 2.000 inmigrantes allí. Vienen de Magreb, Subsaharia y Asia.
Algunos intentan cruzar a nado, otros forman grupos grandes para saltar juntos. Estos asaltos parecen operaciones militares, los traficantes vigilan a las patrullas, eligen noches sin luna para actuar. Usan trucos para distraer a los guardias.
"Es una operación militarizada", dice un agente anónimo. "Vigilan patrullas, eligen noches de luna nueva y lanzan distracciones para facilitar el salto".

Las mafias subsaharianas son el cerebro detrás de esto. Operan desde Marruecos con gran precisión, saltan los controles locales, que parecen flojos últimamente. Estas redes actúan como empresas criminales.
Cobran por guiar a los migrantes, prometen éxito rápido, pero su arma más fuerte son las redes sociales. Plataformas como Telegram, Facebook y TikTok se llenan de mensajes.
Hay un grupo en Telegram con casi 50.000 miembros, allí suben fotos y videos en vivo. Muestran la llegada al CETI, hay imágenes de habitaciones con aire acondicionado y comidas calientes en bandejas. También zonas de juego que parecen vacaciones.
Un post reciente dice: "¡Llegué y ya soy libre! Documentos en mano, barco a Algeciras gratis". Viene con una foto de un joven subsahariano. Él posa con su papel de asilo temporal, listo para ir a la península.
Estos contenidos se vuelven virales y llegan a miles en el Sahel y África Occidental. Generan un "efecto llamada" enorme. Muestran lujos que no existen en sus países y el Gobierno español da asilos rápidos, luego envía a la gente a otras partes de España en días.
En redes, los videos no paran, un clip de TikTok muestra un grupo saltando, ríen al llegar. Otro en Facebook detalla el costo: 500 euros por persona, incluye guía y ruta segura.
Los traficantes responden dudas. "Venid ahora, la valla está débil", escriben.
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