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Hombre de cabello corto y canoso hablando frente a micrófonos con fondo azul y un círculo rojo que muestra el rostro de otro hombre mayor en la esquina superior izquierda
POLÍTICA

Los gestos de Pedro Sánchez y Marlaska de los que todo el mundo habla

Las imágenes difundidas mostraron a un Sánchez con los pómulos muy marcados, piel apagada y sombras notorias en los ojos

Pedro Sánchez compareció el pasado fin de semana ocho días después de que se iniciaran los devastadores incendios que asolan el país. El presidente ha aparcado, por un par de días, sus vacaciones en La Mareta.

Sin embargo, su comparecencia para culpar y señalar al cambio climático como único enemigo y culpable de estos incendios ha destacado por encima de todo. Pero no solo sus palabras se han viralizado de forma fugaz.

Hombre de cabello corto y canoso hablando frente a micrófonos con un fondo azul que tiene el texto Xunta de Galicia

Sus gestos, al igual que los del ministro del Interior, también han colmado las redes sociales donde varios usuarios han compartido esas imágenes.

Pero de quien más se ha hablado ha sido del presidente del Gobierno.

Pero sin duda, lo que ha quedado claro una vez más es que es el pueblo, y solo el pueblo, quien salva al pueblo. De hecho, ya se han visto imágenes de ciudadanos que voluntariamente han decidido actuar para impedir el avance del fuego.

Todo esto, mientras el ministro del Interior, quien tiene potestad para hacerlo, sigue sin decretar el nivel 3 de emergencia. 

Dos hombres de cabello canoso y expresión seria están frente a un fondo azul con un micrófono y un símbolo institucional

El viral rostro de Pedro Sánchez en su comparecencia por los incendios

Las imágenes difundidas mostraron a un Sánchez con los pómulos muy marcados, la piel apagada y sombras notorias alrededor de los ojos.

Su aspecto generó un aluvión de comentarios en redes sociales, donde muchos usuarios se preguntaban por su estado físico y anímico.

Algunos calificaron su semblante como  “acabado”, “poseído” o incluso con “rasgos psicopáticos”. Otros hablaron de un gesto nervioso, sudoroso y de una mirada fija e inquietante.

La expectación por escuchar al presidente era grande. Había tardado ocho días en interrumpir sus vacaciones mientras brigadistas y vecinos combatían las llamas. Pero en lugar de transmitir serenidad, su aspecto personal terminó por robar el protagonismo al mensaje.

La comparecencia pretendía poner el foco en el cambio climático y en un pacto de Estado que, según dijo, debe unir a todas las instituciones.

Posteriormente, se desplazó con el presidente autonómico de Castilla y León a una de las zonas afectadas, eso sí, sin la presencia de prensa.

Sin embargo, en redes sociales los debates no se centraron en esas propuestas. La conversación giró alrededor de la apariencia de un líder al que muchos vieron abatido. El contraste entre un discurso solemne y una imagen deteriorada se convirtió en el principal comentario del día.

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