
La AEMET oculta a los españoles los datos climáticos anteriores a 1950
Mientras Reino Unido y Alemania abren sus archivos , el Gobierno socialista mantiene bajo llave esos registros públicos
La Agencia Estatal de Meteorología (AEMET), dependiente del Gobierno de Pedro Sánchez, admite conservar registros climáticos del siglo XIX.
Sin embargo, los oculta a los contribuyentes, ya que no permite un acceso abierto y masivo a esas observaciones históricas. Se trata de un material de enorme valor para la ciencia y para la transparencia democrática, pero permanece bajo llave.
Quien quiera consultarlo debe realizar trámites individuales, mientras en otros países europeos el acceso es directo, libre y gratuito.
Los conjuntos de datos que AEMET ofrece en abierto comienzan en 1951 y son productos procesados, depurados y homogenizados. No son las observaciones originales de las estaciones centenarias anteriores a esa fecha.
Si un investigador, periodista o ciudadano desea analizar el clima en España en 1890, debe presentar una solicitud oficial en la sede electrónica de AEMET.
El procedimiento es lento, burocrático y arbitrario, y convierte en un privilegio lo que debería ser un derecho.
El Gobierno de Sánchez vende un discurso de compromiso contra el cambio climático mientras oculta deliberadamente los registros históricos que permitirían evaluar con rigor la evolución del clima en España. Esa contradicción es ya objeto de duras críticas en redes sociales y entre expertos en datos abiertos.
Reino Unido y Alemania ofrecen acceso libre desde el siglo XIX
El contraste con los países de referencia es abrumador. El Met Office británico abre a cualquier ciudadano el archivo MIDAS Open, con registros de estaciones desde 1853. Los datos se descargan con un clic, sin trabas burocráticas ni cortapisas políticas.
En Alemania, el Climate Data Center del DWD también facilita la descarga directa de observaciones históricas.
Además, se incluyen las de estaciones con series que arrancan en 1781. Todo está documentado y publicado como corresponde en una democracia transparente.
En España, en cambio, el Gobierno de Pedro Sánchez impide que los ciudadanos accedan libremente a datos recogidos y conservados con dinero público. Mientras otros países apuestan por la transparencia total, aquí se impone la opacidad.

Sánchez mantiene bajo llave la historia climática de España
Los registros anteriores a 1950 son cruciales para analizar los episodios extremos que se vivieron en el pasado y compararlos con los actuales.
Ocultarlos limita el debate científico, frena la investigación independiente y resta credibilidad a los discursos oficiales sobre la magnitud del cambio climático.
La AEMET, en lugar de liderar con transparencia, se convierte en cómplice de un Gobierno que esconde información fundamental a la ciudadanía. Sánchez predica sostenibilidad en foros internacionales, pero en casa recorta derechos de acceso a datos básicos que son de todos.
Los contribuyentes financian desde hace generaciones las redes de observación meteorológica. Pese a ello, el Ejecutivo les niega la posibilidad de consultar libremente esos archivos. En la práctica, se trata de censura informativa.
La conclusión es clara: mientras Reino Unido y Alemania ofrecen sus registros climáticos del siglo XIX a cualquier interesado, España prefiere mantenerlos en un cajón.
AEMET reconoce que los conserva, pero el Gobierno de Sánchez decide ocultarlos. Una política opaca, impropia de una democracia avanzada, que deja a los españoles a oscuras sobre su propia historia climática.
Más noticias: