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Mujer de cabello castaño y liso con gafas colgadas en la camiseta blanca, fondo gris y un círculo rojo con las letras PSOE a la izquierda
POLÍTICA

Leire Díez, la fontanera del PSOE, admitió dirigir una 'operación inteligente' para proteger al partido

Deberá comparecer el próximo 17 de noviembre ante el juez junto al empresario Javier Pérez Dolset, ambos investigados

Leire Díez, conocida como la fontanera del Ferraz, reconoció haber dirigido una “operación de inteligencia”. Esta estaría destinada a proteger al PSOE de causas judiciales.

La confesión figura en un acta elaborada por el comandante de la Guardia Civil Rubén Villalba. El mismo que está implicado en el caso Koldo y colaborador de la red que ella describió.

Según ese documento, Díez mantuvo una reunión el 10 de marzo de 2025 con Villalba en un bar de Leganés. Fue ella quien propuso el encuentro.

Mujer rubia sentada frente a un micrófono en una conferencia con fondo blanco y logotipos amarillos y azules

Durante la conversación, se presentó como una pieza clave en un entramado. Capaz de anticipar y neutralizar procedimientos judiciales o policiales que pudieran afectar al PSOE o al Gobierno.

Villalba anotó que la exmilitante se atribuía acceso a información reservada y contactos en ámbitos institucionales. Afirmó conocer de antemano movimientos judiciales sensibles y disponer de canales para intervenir cuando fuese necesario. En tres pasajes del acta aparece la expresión “operación de inteligencia”, empleada por la propia Díez para definir su labor.

El relato recogido por el mando de la Guardia Civil desmonta la versión inicial de Díez, quien había asegurado que su único propósito era preparar un libro sobre investigaciones periodísticas. En cambio, el documento la presenta como una operadora política en la sombra. Con funciones de recopilación de datos, activación de contactos estratégicos y, en última instancia, presión institucional.

Hombre de traje azul y corbata verde ajustándose las gafas mientras sostiene unos papeles en una comparecencia oficial con un cartel que dice compareciente y fondo de letras desenfocadas

De acuerdo con el escrito, la exmilitante socialista incluso afirmó disponer de material comprometedor procedente de un prostíbulo madrileño. Ese contenido, según su propio testimonio, podía “hacer caer” a mandos de la Unidad Central Operativa (UCO) que investigaban causas vinculadas al Gobierno. La nota de Villalba califica la información de “potencial destructivo” y asegura que podía activarse “en el momento oportuno”.

El alcance de esas afirmaciones apunta a un mecanismo de presión reputacional sobre agentes encargados de investigaciones sensibles. Aún más grave, Díez habría declarado haber escuchado una conversación entre el empresario Víctor de Aldama y su abogado José Antonio Choclán. De confirmarse, se trataría de una escucha ilegal entre cliente y abogado, una práctica prohibida por la Constitución y que en el pasado ya motivó la inhabilitación del exjuez Baltasar Garzón.

En conjunto, las revelaciones sitúan a Leire Díez como una figura que se atribuía influencia directa en ámbitos judiciales y policiales. Todo con el objetivo de blindar al PSOE frente a riesgos procesales. La reunión del 10 de marzo no fue, según el documento, un simple intercambio de ideas, sino la exposición de un plan estratégico para proteger al partido en plena tormenta judicial.

Díez deberá comparecer el próximo 17 de noviembre ante el juez junto al empresario Javier Pérez Dolset. Ambos están investigados por presunta prevaricación y tráfico de influencias. Su declaración podría abrir una nueva etapa en una trama que, según su propia protagonista, funcionaba como una red encubierta al servicio del PSOE.

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