
Las redes cargan contra Alán Barroso por el contrato de Moncloa para hablar de Franco
La gente indignada estalla contra el contrato que hizo el Gobierno al tertuliano de izquierdas para hablar mal de Franco
El tertuliano de izquierda Alán Barroso ha generado una ola de críticas tras conocerse que el Gobierno español, a través de La Moncloa, le pagó 3.146 euros. Esto, por la realización de dos vídeos de un minuto y medio sobre el franquismo.
El contrato ha desatado un intenso debate en redes sociales y medios de comunicación. Plataformas donde se cuestiona tanto la idoneidad de Barroso para este encargo como el uso de fondos públicos para financiar contenidos de marcado carácter ideológico. Esto, mientras el Gobierno se olvida de los que de verdad necesitan de los recursos del Estado.
Barroso, conocido por su activismo progre y sus intervenciones en programas de televisión, ha sido acusado por en redes sociales de ser un “talibán de extrema izquierda”. Asimismo, la gente lo ha señalado de beneficiarse de un sistema de “clientelismo” del Gobierno socialista. Usuarios en X han calificado el pago como un ejemplo de “alpiste” para fieles afines, mientras que otros han ironizado con frases como “No es magia, son tus impuestos”.

La controversia se intensifica por el contexto político: el PP y Vox han criticado recientemente los actos contra Franco, acusando al Ejecutivo de reabrir heridas del pasado. Barroso, en este sentido, ya había respondido en enero en el programa Al Rojo Vivo que el PP, junto a Vox, lleva meses "derogando leyes de Memoria Histórica".
Pese a la cercanía ideológica del tertuliano con el Gobierno, incluso entre sectores de izquierda, hay quienes cuestionan la transparencia del contrato.
Además de esto, también critican la elección de un tertuliano mediático para esta tarea. Esto, en lugar de historiadores o expertos en la materia. La falta de claridad sobre el proceso de adjudicación ha alimentado las sospechas de favoritismo.
El caso ha reavivado el debate sobre el papel de los tertulianos en la política y el uso de recursos públicos. Mientras Barroso no ha hecho declaraciones públicas al respecto, la viralidad de la noticia en X y medios sugiere que la polémica está lejos de apagarse. ¿Es este un paso hacia la memoria histórica o un movimiento político calculado? El debate sigue abierto.
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