
Denuncian a Beatriz Corredor por los tremendos daños causados por el apagón
Esta es la primera denuncia contra la presidente de Red Eléctrica
El sindicato Manos Limpias ha presentado una denuncia contra Beatriz Corredor, presidente de Red Eléctrica. Esto, por su presunta responsabilidad en el apagón que dejó sin luz a España y Portugal el pasado lunes. La acción penal, interpuesta en los juzgados de Madrid, acusa a Corredor de delitos contra la salud pública, homicidio imprudente, estragos, lesiones y daños.
El apagón comenzó a las 12:20 horas y duró más de nueve horas. Según la denuncia, Red Eléctrica no tenía un protocolo adecuado para enfrentar la emergencia.
Manos Limpias argumenta que la empresa, bajo la dirección de Corredor, falló en garantizar la seguridad y calidad del suministro eléctrico. Lo que está como una de sus principales responsabilidades, según el Boletín Oficial del Estado (BOE).
Corredor ha descartado dimitir y asegura que el apagón “no volverá a ocurrir”. Sin embargo, la denuncia destaca la gravedad del incidente y exige responsabilidades por los daños causados.
El mecanismo que pudo evitar el apagón pero fue desactivado por Red Eléctrica
España vivió el pasado 28 de abril de 2025 un apagón masivo sin precedentes que dejó sin electricidad a millones de personas en la península ibérica. Según Vozpópuli, Red Eléctrica desactivó hace dos años un mecanismo de seguridad que podría haber evitado este colapso.
El Sistema de Respuesta Activa de la Demanda, diseñado para equilibrar la generación y el consumo eléctrico, fue eliminado durante las horas diurnas en 2023. Una decisión que ahora está en el centro de la controversia.
El SRAD permitía a Red Eléctrica ordenar la paralización temporal de grandes industrias en momentos de alta demanda para evitar cortes de suministro. Este mecanismo se activó en cinco ocasiones en los últimos dos años, la última en diciembre de 2024, siempre en horario nocturno.
Sin embargo, la compañía decidió no mantenerlo durante el día, asumiendo que el riesgo de apagones era nulo. Esta decisión errónea llevó a un fallo catastrófico cuando, a las 12:30 del 28 de abril, un cortocircuito en una línea de 400 kV desencadenó una reacción en cadena. La red eléctrica colapsó tras la desconexión masiva de fuentes renovables, como la solar y la eólica, y la caída de centrales nucleares en solo cinco minutos.
El apagón afectó a hogares, hospitales, aeropuertos y transporte público. Ciudades como Madrid y Barcelona quedaron paralizadas, con atascos y semáforos inactivos.
La Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMC) ya había advertido sobre los riesgos de la alta dependencia de renovables. Informes previos señalaron que las oscilaciones en la tensión eléctrica, agravadas por la integración de fuentes intermitentes, podían provocar apagones. La desactivación del SRAD durante el día, según expertos, dejó al sistema sin una herramienta clave para gestionar picos de demanda.
El Gobierno y Red Eléctrica aseguran que trabajan para esclarecer las causas, descartando por ahora un ciberataque. Mientras, crece la presión para revisar la infraestructura eléctrica y garantizar la seguridad del suministro.
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