Logo edatv.news
Hombre con gafas y camisa clara en primer plano con un cartel del PSOE de fondo y dos círculos superpuestos que muestran el retrato de un hombre de traje y una casa
POLÍTICA

Un correo y un cursillo han sido las medidas del PSOE tras el escándalo de Salazar

Pilar Alegría ha señalado que el partido actúa con "absoluta diligencia y contundencia"

El escándalo por los presuntos comportamientos sexuales inapropiados de Paco Salazar, hasta hace unos días alto cargo de Moncloa y persona de confianza de Pedro Sánchez, ha sacudido al Gobierno. La reacción del PSOE ha sido inmediata, pero tibia. La respuesta institucional se ha limitado a medidas de bajo impacto y alcance simbólico.

Paco Salazar, secretario general de Coordinación Institucional, fue cesado oficialmente. Aunque con carácter retroactivo desde el sábado, día en que se destaparon los hechos.

Hombre de cabello corto y gafas con saco azul posando al aire libre frente a árboles desenfocados

El Gobierno intenta así mostrar agilidad, pero el gesto apenas disimula la gravedad del asunto.

El PSOE ha reaccionado con correos electrónicos y anuncios de cursos. En concreto, Moncloa ha informado que enviará un email a todos los trabajadores recordando los canales de denuncia ante casos de acoso sexual. Una medida que no pasa de ser un recordatorio genérico, sin consecuencias prácticas inmediatas.

Además, se prevé organizar un curso de sensibilización sobre comportamientos machistas. Pero no será ahora.

Tendrá lugar en septiembre, semanas después del estallido del escándalo. Y será solo un refuerzo de los ya obligatorios en la Administración.

La formación socialista, que ha hecho del feminismo uno de sus principales estandartes, queda ahora en entredicho. Su respuesta, hasta el momento, no incluye medidas de calado.

No se ha anunciado investigación interna. No se ha ofrecido asistencia directa a posibles víctimas. Tampoco se ha convocado ninguna comparecencia pública de responsables políticos implicados.

Dos hombres caminan y conversan sonrientes por la calle uno lleva una chaqueta y el otro sostiene una carpeta roja

La actitud del PSOE contrasta con su discurso público sobre igualdad y tolerancia cero frente al machismo. Las acciones emprendidas buscan más controlar el daño reputacional que abordar el fondo del problema. La prioridad parece ser la imagen, no la justicia.

El silencio de Pedro Sánchez también pesa. No ha hecho ninguna declaración sobre un escándalo que afecta directamente a su entorno más cercano. La falta de explicaciones agrava la percepción de opacidad.

Los cursos y correos electrónicos no bastan. Las víctimas necesitan respaldo real, y la ciudadanía exige transparencia. La gestión del caso Salazar pone en duda la voluntad política del PSOE de aplicar su propio discurso cuando las situaciones incómodas ocurren en Moncloa.

Por ahora, el caso Salazar no ha provocado ninguna dimisión política adicional. Nadie ha asumido responsabilidades por haber mantenido a un alto cargo acusado de conductas tan graves. El partido se limita a apagar el incendio con acciones protocolarias y sin consecuencias estructurales.

El Gobierno se juega credibilidad en esta crisis. La respuesta a un caso de acoso no puede limitarse a formación teórica y mensajes automáticos. Debe haber verdad, investigación, medidas ejemplares, y por ahora, todo es insuficiente.

➡️ España ➡️ Política

Más noticias: