
Caos en Alemania: más de 1000 delitos en los centros de inmigrantes ilegales al mes
Los delitos reportados abarcan desde tráfico de drogas, robos y extorsión, apuñalamientos, agresiones sexuales, tenencia de armas y otros
Los datos oficiales revelan una situación preocupante en los albergues de solicitantes de asilo en Renania del Norte-Westfalia. Según cifras del gobierno regional, en 2024 la policía intervino 15.825 veces en estos centros debido a diversos delitos. En los primeros seis meses de 2025, las autoridades ya han registrado 6.797 actuaciones, lo que equivale a una media de más de 1.100 intervenciones mensuales.
Estas estadísticas, obtenidas tras una pregunta parlamentaria del partido Alternativa para Alemania (AfD), han desatado un intenso debate sobre la seguridad y la gestión migratoria en la región.
Los delitos reportados en estos albergues abarcan desde tráfico de drogas, robos y extorsión hasta casos más graves como apuñalamientos, agresiones sexuales, tenencia de armas e incluso homicidios. Esta amplia gama de incidentes refleja, según el parlamentario de AfD Markus Wagner, una pérdida total del control por parte del Estado.

Wagner ha criticado duramente al gobierno regional, acusándolo de negar la realidad y exigiendo medidas contundentes, como la expulsión inmediata de los solicitantes de asilo que cometan delitos.
No pueden seguir circulando libremente por nuestras calles ni aspirar a la nacionalidad alemana.
La preocupación crece ante la desproporcionada presencia de extranjeros en las estadísticas de delitos violentos. Sin embargo, la AfD va más allá y acusa al Ejecutivo de manipular los datos migratorios.
Según el partido, las cifras oficiales de solicitantes de asilo no incluyen otras vías de entrada, como la reunificación familiar, reasentamientos de la Unión Europea o programas especiales. Esto elevaría el número de llegadas a 131.000 en los primeros siete meses de 2025, casi el doble de lo reportado oficialmente.
Para la AfD, el problema no es solo la cantidad de inmigrantes, sino el impacto en la seguridad y el tejido social. Los albergues, lejos de ser espacios de integración, se han convertido en focos de delincuencia grave, según los datos policiales.
Este escenario pone en jaque a las fuerzas de seguridad, que enfrentan un ritmo de intervenciones sin tregua. Mientras el gobierno busca normalizar la situación, la ciudadanía exige respuestas frente a una crisis que parece agravarse.
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