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Un hombre vestido de blanco, con una cruz colgando de su cuello, toca la cabeza de una mujer mayor en silla de ruedas mientras ella levanta la mano hacia él.
OPINIÓN

El Papa Francisco denuncia la corrupción en el asistencialismo social

Este domingo el Papa dio una charla y una interesante reflexión contra las ayudas sociales de partidos izquierdistas

Este domingo, el Papa Francisco dio un discurso frente a 1.000 personas en el Centro de Congresos. El evento fue organizado por la Iglesia italiana, para la clausura de la 50º Semana Social. El papa argentino ha arremetido contra lo que él denomina "ciertas formas de asistencialismo", calificándolas de "hipocresía social". 

Aunque estas palabras pueden interpretarse como una crítica directa  al populismo, es crucial enfocarnos en el trasfondo de su mensaje: la corrupción.  Y cómo esta distorsiona las intenciones y resultados de políticas asistencialistas en diferentes contextos. Incluyendo tanto a la derecha como a la izquierda del espectro político.

Durante su intervención, el Papa Francisco subrayó que algunas iniciativas que pretenden ser de ayuda social, en realidad, perpetúan la dependencia. Y no abordan las raíces de los problemas estructurales que afectan a los más necesitados. Esta declaración la vemos como una denuncia contra la corrupción, que a menudo se esconde detrás de programas asistencialistas.

Asistencialismo y corrupción: siempre de la mano 

En su esencia, el asistencialismo busca satisfacer las necesidades urgentes de las personas más vulnerables de una sociedad. No obstante, cuando se ve contaminado por la corrupción, se transforma en un medio de manipulación y control social.  Desiciones económicas y políticas generalmente tomadas por gobiernos socialistas que encubren su "apoyo al pueblo" en una forma de apaciguamiento del mismo. 

Los fondos asignados a programas de ayuda social a menudo son desviados o gestionados de manera ineficaz. Favoreciendo a unos cuantos -políticos- mientras que las víctimas siguen siendolo y manteniendose en la pobreza. Este desvío no solo priva a los más necesitados de sus recursos, sino que también erosiona la confianza pública en las instituciones.

La corrupción en los programas asistencialistas puede manifestarse de varias formas. Desde la asignación de contratos a empresas afines. Hasta la creación de redes clientelistas donde solo se benefician aquellos que apoyan políticamente al régimen en turno.

Estas prácticas no solo son inmorales, sino que también perjudican los fundamentos democráticos al fomentar la desigualdad y la injusticia social.

Ceremonia religiosa con varios sacerdotes vestidos con vestimentas litúrgicas verdes y blancas, con un crucifijo en la pared de fondo.

Un problema global

La crítica del Papa Francisco no se limita a un solo país o sistema político. Si no que se remite a este problema, como un problema global. Donde se ven afectados tanto países desarrollados, como los menos. 

En Francia, por ejemplo, ha habido escándalos donde fondos destinados a los más necesitados han sido malversados por políticos de diferentes signos. Este fenómeno no es exclusivo de la izquierda. También hemos visto casos en administraciones de derecha donde los fondos públicos son utilizados para beneficios personales o partidistas.

En América Latina, la situación es igualmente preocupante. Países como Venezuela y Argentina han visto cómo los programas de ayuda social se transforman en mecanismos de control político, donde la corrupción y el desvío de fondos son comunes. 

Tres personas sonrientes se dan la mano frente a un edificio con techo de tejas rojas.

La necesidad de un cambio para una justicia social

El Papa dice que debemos cambiar nuestro enfoque y promover la transparencia y la rendición de cuentas. Las políticas deben tener controles fuertes para asegurar que los recursos lleguen a quienes los necesitan. También es importante que la sociedad civil y los medios de comunicación vigilen estos programas.

El llamado del Papa a la integridad y transparencia

En esta oportunidad, escuchamos las palabras del Papa Francisco como un llamado a la reflexión y a la acción. Pues es fundamental reconocer que la corrupción es un enemigo común que socava cualquier esfuerzo por mejorar la sociedad. 

Su crítica al asistencialismo corrupto va directamene dirigida a líderes y ciudadanos a luchar por sistemas más justos y transparentes.

Solo con un verdadero compromiso con la transparencia y la rendición de cuentas podemos construir sociedades más equitativas y justas. Donde la ayuda llegue a quienes realmente la necesitan y no haya lugar para la hipocresía social.

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