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Piloto de Fórmula 1 de Red Bull celebrando con los brazos en alto.
MOTOR

Verstappen, el hombre hecho máquina, vence una vez más en Barcelona

Max y Red Bull hacen la carrera perfecta para imponerse una vez más, en pilotaje y estrategia, a Norris y Mclaren

Hay un punto donde, cuando los coches están igualados, los pilotos brillan con luz propia. Se nos había olvidado que, sin duda, la luz que más brilla ahora es la de Max Verstappen. Ha sido un Gran Premio de España fantástico con espectáculo, adelantamientos y alguna que otra masterclass de pilotaje.

Empezaba la carrera y ya en la primera curva, la carrera patas arriba. Norris, que defendía la pole, perdía posición con Russell primero y Verstappen después. El británico de Mercedes hizo magia para pasar de cuarto a primero, superando a los dos favoritos.

Carrera de Fórmula 1 con varios autos en la pista durante una competencia.

Verstappen, frío y calculador como siempre, sabía que con Norris detrás era su momento de actuar. Un error  de George permitía un adelantamiento sencillo en la recta principal cuando Sainz pasaba a Leclerc, ilusionando a la grada local. Alonso sufría con un Aston Martin que acusaba la falta de ritmo.

La cara y la cruz

Baile de paradas y se partía la carrera. Mercedes fallaba con una parada de 5,3 segundos que y Red Bull respondía con un pitstop antológico de 1,9 segundos, dejando a Max en una posición muy ventajosa. McLaren, viendo que todos hacían lo mismo, optó por una estrategia diferente y paró a Norris muy tarde para aprovechar la ventaja del neumático nuevo y la degradación.

Hamilton tenía un incidente de carrera con Sainz que se saldaba con el británico impune (finjan sorpresa). Norris se reincorporaba sexto y enseguida daba caza a Sainz y a Hamilton. Parecía que la jugada le salía bien a McLaren con Norris otra vez tercero y mucho más rápido, pero Verstappen estaba más lejos.

Russell no estaba dispuesto a regalar la posición y lo peleó intensamente. Llegaron emparejados al final de la recta, Norris aguantó por fuera y le pasó en la curva tres. George se la devolvió en la curva 4, entrando muy tarde y permitiendo que Lando lo adelantara de nuevo en la curva 5, fantástica forma de competir de los británicos.

No todo son alegrías

Norris empezó su persecución de Max, una imagen a la que nos estamos habituando este curso. Le iba recortando décima a décima, acechando a su presa. McLaren fallaba con una parada lenta de 3,6 segundos y se sumaron al grupo de paradas mediocres que abundaron en este GP.

Norris tenía una gesta titánica por delante: remontar 8 segundos de desventaja y adelantar a Max Verstappen, algo nada fácil. Por otro lado, teníamos a Russell y Sainz sufriendo frente a sus respectivos compañeros al llevar compuestos muy diferentes.

Hamilton  pasaba a Russell para quedarse con la última posición del podio que atesoraba su compañero cuando Leclerc adelantaba a un Sainz. Norris seguía en su particular odisea y, aunque acortaba la distancia, el tiempo pasaba más rápido. Otra vez, Lando se tuvo que conformar con una segunda posición que le supo a poco.

Verstappen, al cual nos cuesta elogiar porque es el tirano de las victorias las últimas tres temporadas, hizo una carrera sublime. El neerlandés con el mismo coche que Pérez octavo, tiene un nivel de precisión que roza lo sobrenatural. Mejor piloto y equipo, con esa precisión quirúrgica en los pitstops, y da igual si tu coche no es el más rápido. 

Verstappen es el mejor y se dedica a ganar todos los match balls que le ponen. La segunda conclusión es que, a pesar de que aún faltan 14 carreras, los rivales de Red Bull no pueden permitirse desaprovechar más oportunidades. Dentro de 1 o 2 carreras puede ser demasiado tarde para competir por el mundial.

Tres autos de Fórmula 1 compiten en una pista de carreras, con un auto rojo a la izquierda y dos autos verdes a la derecha.

Lando Norris lo sabe y se mostró muy crítico consigo mismo, sabedor de que en las dos últimas citas, su McLaren estaba para más que un segundo puesto. Sainz sexto y Alonso duodécimo hicieron lo que pudieron con lo que tenían, pero no estaban para victoria. En Aston Martin saben que toca sufrir en Austria y Silverstone, mientras que Carlos, está a merced de un Ferrari ciclotímico.

La próxima cita Austria la semana que viene, en casa de Red Bull, para seguir viviendo un Mundial que cada día está más ajustado.

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