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Primer plano del rey Carlos III con expresión seria y al fondo la imagen de la reina Isabel II con sombrero elegante y collar de perlas.
CORAZÓN

Desvelan la norma que impuso Isabel II y que ahora debe cumplir el rey Carlos III

La reconciliación entre Carlos y Harry es posible, pero una norma de Isabel II amenaza con bloquear el regreso del duque

El pasado 3 de septiembre, el príncipe Harry se reunió con el rey Carlos en Clarence House durante 54 minutos. Fue la primera vez en meses que compartieron un encuentro, un gesto que alimentó las esperanzas de reconciliación tras años de desencuentros públicos y personales. Sin embargo, pese a la mejora en su relación, un obstáculo heredado de Isabel II sigue marcando el rumbo de su posible regreso.

El contexto británico se encuentra en un punto de máxima expectación. Los medios locales se hacen eco del interés por la relación padre e hijo, mientras los rumores sobre un retorno del duque de Sussex a la vida institucional crecen cada semana. ¿Qué decisión pesará más: el deseo de reconciliación o la firmeza de una norma que no admite excepciones?

Carlos III con traje oscuro sonríe mientras está al aire libre.

La reconciliación del rey Carlos y el príncipe Harry puede tener un impedimento

La relación entre el rey Carlos III y su hijo menor ha estado plagada de desencuentros. Desde que el príncipe Harry y Meghan Markle anunciaron su retiro de la vida oficial hace cinco años, los lazos familiares se deterioraron hasta un punto que parecía ya irreversible. La distancia geográfica, la residencia en California y las polémicas declaraciones en entrevistas y memorias públicas solo profundizaron la herida.

A principios de este mes, sin embargo, padre e hijo protagonizaron un encuentro esperado en Clarence House. La conversación, de 54 minutos exactos, fue interpretada como una señal inequívoca de que ambos buscan recuperar la relación perdida. En un clima de discreción, trascendió que habían retomado el contacto después de meses de silencio, un paso que la prensa británica calificó como prometedor.

Las palabras del propio Harry semanas atrás ya daban pistas de este deseo de reconciliación. En mayo, durante una entrevista en la BBC, confesó: "No sé cuánto tiempo más le queda a mi padre. No me habla por cuestiones de seguridad, pero estaría bien reconciliarnos".

Montaje de fotos de primer plano del príncipe Harry y el rey Carlos III, ambos con rostro serio.

Los gestos recientes refuerzan esta idea. El duque de Sussex aprovechó su estancia en Reino Unido para visitar organizaciones benéficas y acudir a una ceremonia de premios, apareciendo públicamente con un tono distinto al de anteriores visitas. Además, según el Mail on Sunday, el equipo de los Sussex ya estaría "discutiendo tentativamente" nuevos encuentros con el monarca, incluso la posibilidad de una aparición conjunta para simbolizar unidad.

Todo parecía apuntar a un terreno fértil para el acercamiento. Sin embargo, bajo esa aparente calma se esconde un problema más profundo. Y es que la reconciliación no implica necesariamente un regreso institucional de Harry, ya que una regla heredada de Isabel II sigue en pie y se convierte en el mayor impedimento.

La regla de Isabel II que el rey Carlos debe cumplir para que Harry vuelva a la institución

El obstáculo se encuentra en una norma establecida por la difunta reina Isabel II en 2020, cuando Harry y Meghan decidieron abandonar sus funciones reales. La soberana fue tajante al advertir que ningún miembro de la familia podía desempeñar funciones oficiales mientras obtuviera ingresos por actividades privadas. Con esta regla, cerró la puerta a la posibilidad de una participación a medias dentro de la institución.

Lejos de suavizar la postura, el rey Carlos ha decidido mantenerla sin cambios. Según reveló The Telegraph, una fuente cercana explicó: "El rey ha sido claro al mantener la decisión de su difunta madre. No puede haber un rol público de 'mitad dentro, mitad fuera' para los miembros de la familia".

El problema para Harry es evidente. Desde que abandonó sus funciones oficiales, ha amasado una fortuna gracias a sus acuerdos con Netflix y Spotify, además de recibir cuantiosos pagos por charlas y proyectos privados. Entre estos destaca su iniciativa más personal, los Juegos Invictus.

Una persona mayor con sombrero y abrigo naranja adornados con flores y broche.

La contradicción genera un dilema: el deseo de padre e hijo de reconciliarse choca con la firmeza de una regla que busca proteger la credibilidad de la monarquía. Aunque Harry no ha manifestado oficialmente su intención de regresar, sus visitas al Reino Unido alimentan la idea de que espera participar de nuevo en la vida institucional.

Sin embargo, la memoria de Isabel II sigue pesando, ya que, declaró que quienes optaran por ser financieramente independientes "ya no podían representarla formalmente". Esa misma premisa guía ahora al rey Carlos, decidido a preservar la coherencia de la institución que heredó. Y es ahí donde se encuentra la encrucijada: la reconciliación personal no basta para borrar las normas que definen el presente de la Corona británica.

➡️ Corazón

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