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Kate Middleton sonriente con cabello castaño y aretes dorados, con el príncipe Guillermo en un círculo rojo en la esquina superior derecha.
CORAZÓN

Kate Middleton, pillada en un yate: el príncipe Guillermo, mudo y muy arrepentido

Un viaje secreto, un lujoso barco y una polémica inesperada ha puesto en aprietos a los príncipes de Gales

Las vacaciones de verano suelen ser el momento perfecto para que los miembros de la realeza desconecten de sus obligaciones institucionales. Sobre todo para los príncipes de Gales, Guillermo y Kate Middleton, considerando que la princesa ha retomado este año todos sus compromisos oficiales. 

Kate Middleton y el príncipe Guillermo han sabido cultivar una imagen cercana y responsable, algo que es muy valorado por sus compatriotas. Sin embargo, este año, su elección para desconectar ha generado un revuelo inesperado y difícil de ignorar. La elección de Grecia como escapada estival ha generado una tormenta y no solo por el lugar elegido.

Una mujer con un elegante sombrero negro y vestido de lunares conversa con un hombre que lleva un traje azul y varias medallas.

Un viaje demasiado privado

La noticia la destapó esta semana el diario local Kefalonia Focus. Allí, se informó que Kate, Guillermo, sus tres hijos y los padres de ella aterrizaron en Cefalonia. Llegaron a la isla jónica en un jet privado y desde allí, se dirigieron en una furgoneta especial al puerto.

No obstante, lo más llamativo fue su embarque en "The Opera", un mega yate valorado en 450 millones de dólares. La nave pertenece a Abdullah bin Zayed, ministro de Exteriores de Emiratos Árabes Unidos.

El hecho no ha tardado en encender el debate y han surgido las preguntas sobre quién cubre los costes de unas vacaciones de semejante coste. Y sobre todo, ¿por qué un miembro de la realeza británica pasa unos días en un yate de una figura del petróleo?

Vista panorámica de un pueblo costero rodeado de colinas verdes y mar azul bajo un cielo parcialmente nublado

Lujo y contradicciones

La embarcación mide 146 metros de eslora y cuenta con helipuertos, suites para casi medio centenar de invitados y todas las comodidades imaginables. El contraste con los mensajes de sostenibilidad que promueven Kate y Guillermo es evidente. El hecho de utilizar transporte privado y un yate de estas dimensiones choca con los valores ambientales que ambos han defendido públicamente.

Por lo anterior, no es extraño que el silencio del príncipe Guillermo haya sido interpretado como un gesto de incomodidad. En este contexto, algunos han recordado que la relación entre la familia real británica y las monarquías del golfo no es nueva. En 2022, Carlos III recibió tres millones de euros del jeque catarí Hamad bin Jassim, dinero que supuestamente fue a obras benéficas.

Una pareja abrazada de espaldas mirando un lago con montañas al fondo.

Vacaciones que dejan huella

Las críticas no solo apuntan al coste o a la procedencia del yate. También al mensaje que transmite este tipo de descanso en un momento socialmente delicado para Reino Unido. Una sociedad que valora la austeridad de sus líderes, incluso en el ocio.

Hasta ahora, destinos como Anmer Hall o las Tierras Altas escocesas habían gozado de aprobación pública. Esta escapada griega, sin embargo, ha sido vista como un paso en falso del príncipe Guillermo y Kate Middleton. Ni Buckingham ni Kensington han hecho declaraciones, pero el tema mediático ya está planteado.

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