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Montaje con Melilla al fondo y un primer plano de Kiko Hernández en traje negro
CORAZÓN

Así es la curiosa casa de Kiko Hernández en Melilla: muchos colores y una gran cocina

El excolaborador de 'Sálvame' posee una pintoresca vivienda en la ciudad natal de su marido, Fran Antón

Kiko Hernández tiene un chalet de lujo en Madrid, donde vive con sus hijas, Jimena y Abril, y su marido, Fran Antón. Pero la pareja también posee una casa en Melilla, la ciudad natal del actor.

Se trata de una vivienda que han ido desvelando, poco a poco, y de la que sorprenden dos características. Una, su enorme colorido, y dos, que posee una cocina bastante amplia.

Kiko Hernández y Fran Antón posan juntos en una sala con sillas y mesas blancas, ambos llevan camisetas blancas con un logo dorado. Post de Kiko en Instagram el 30 de julio de 2024

El hogar de Kiko Hernández en Melilla: lleno de vida y color

Kiko Hernández se ha quedado fuera del equipo de La familia de la tele, el programa de TVE en el que trabajarán sus compañeros de Ni que fuéramos. Pero esto no es problema para él porque, entre otras cosas, tiene muchos proyectos empresariales fuera de los platós. Y varios de ellos se encuentran en Melilla, la ciudad natal de su marido, Fran Antón.

Una urbe esa en la que cada vez pasan más tiempo, aunque su hogar se encuentra en Madrid, donde viven con las hijas del colaborador en un chalet de siete habitaciones. De ahí que han optado por hacerse con una vivienda en dichas tierras melillenses, como adelantó 20 minutos. Vivienda que han ido desvelando, poco a poco, a través de sus redes sociales.

La cocina, en particular, destaca por su diseño acogedor y moderno. En ella, una amplia mesa central se erige como el corazón de la estancia, rodeada de sillas.

La iluminación corre a cargo de dos lámparas colgantes, también en tono negro, que complementan el diseño general. Además, una gran ventana permite la entrada de luz natural.

No obstante, también ha sorprendido el enorme colorido que tiene dicha estancia. En él se combinan el azul de los azulejos, que combina con el marrón de los muebles, creando un ambiente cálido y atractivo. Todo ello sin olvidar el negro de las sillas y lámparas, que aporta un toque elegante, o el blanco de la encimera que da un plus de modernidad.

La funcionalidad es otro aspecto clave en la casa de Kiko Hernández y Fran Antón en Melilla. Equipos modernos en la cocina como una cafetera, tostadora y un hervidor de agua están estratégicamente ubicados, evidenciando una planificación pensada para el confort diario. Estos detalles, aunque cotidianos, reflejan el esmero puesto en cada elección para hacer del espacio un lugar práctico y acogedor.

La funcionalidad y comodidad de la vivienda de Kiko Hernández 

Aunque Kiko Hernández también posee una impresionante residencia en las afueras de Madrid, de 700 metros cuadrados, su hogar en Melilla no se queda atrás en cuanto a personalidad y encanto. La vivienda madrileña cuenta con siete habitaciones, siete baños, una cocina conectada con el comedor y un amplio jardín con vistas privilegiadas de la capital.

En contraste, la casa melillense, aunque menos ostentosa, refleja también una atmósfera íntima y personalizada. El uso audaz de colores y la atención al detalle en la decoración evidencian el carácter y estilo de sus propietarios. Cada elemento, desde los azulejos hasta las lámparas, ha sido seleccionado para crear un ambiente que combina funcionalidad con estética, resultando en un espacio que invita a la convivencia familiar.

Fran Antón y Kiko Hernández con barba y traje posan frente a un fondo con logotipos y texto del Ilustre Colegio Oficial de Gestores Administrativos de Madrid.

La decisión de compartir aspectos de su hogar en Melilla a través de las redes ha permitido a seguidores de Kiko y Fran conocer una faceta más personal de la pareja. Estas pinceladas de su vida cotidiana ofrecen una visión más cercana y auténtica, alejándose de la imagen pública que suelen proyectar en los medios. Es evidente que, más allá de las cámaras, han construido un refugio que refleja sus gustos, valores y, sobre todo, el amor por su familia.

Un refugio donde pueden disfrutar del día a día con las pequeñas de la casa. Y, por supuesto, donde siguen consolidando su relación, que continúa llena de felicidad y compenetración.

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