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Un hombre sorprendido señala una moneda grande sobre un mercado concurrido con arquitectura tradicional al fondo.
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Si tienes esta moneda de 20 céntimos puedes descubrir Marrakech a todo lujo: un pastón

Este ejemplar de tan solo unos céntimos es en la actualidad uno de los mejor valorados por varios detalles

Coleccionar monedas implica atención al detalle, conocimiento numismático y, en algunos casos, una inversión con potencial real. Es habitual encontrar ejemplares cotidianos que, por rareza o error, captan el interés de coleccionistas y expertos.

Es lo que sucede, por ejemplo, con una moneda de 20 céntimos que se ha convertido en una de las más valoradas. Con una amplia variedad de detalles, este ejemplar se puede convertir en tu próximo billete para conocer Marruecos.

Moneda de un euro con el perfil de un hombre rodeado de estrellas y el año 2000 en un fondo de otras monedas desenfocadas.

Esta es la moneda de 20 céntimos que te invita a Marrakech

Uno de los hallazgos más sorprendentes en el coleccionismo es la moneda de 20 céntimos de Bélgica del 2000. Aunque en su día fue una pieza común, hoy en día es una de las más valoradas por su particularidad. Se acuñó en el año 2000 bajo el reinado de Alberto II, con el diseño característico de las 12 estrellas de la Unión Europea y el monograma real.

En el anverso, esta moneda se muestra el retrato del entonces rey Alberto II mirando hacia la izquierda. Junto a él aparece su monograma real (una "A" bajo una corona) y las doce estrellas de la Unión Europea, símbolo de unidad.

El reverso presenta el diseño común de las monedas de euro de esa denominación, con el valor “20 Euro Cent” y un mapa de Europa. Además, está hecha de una aleación llamada "nórdico oro" (compuesta principalmente de cobre, aluminio, zinc y estaño), y tiene un diámetro de 22,25 mm con un canto liso y ranurado.

El valor actual de esta moneda de 20 céntimos

Lo que hace valiosa a esta moneda no es solo su antigüedad o su emisión, sino la presencia de posibles errores, como fallos en el relieve o desalineación. Estas pequeñas variaciones pueden convertir un simple ejemplar en una auténtica rareza para los expertos en numismática.

Un hombre sonriente con camisa azul señala hacia una pila de monedas de 20 céntimos de euro.

El valor de esta moneda ha experimentado un aumento espectacular en cuestión de años. En plataformas como eBay y foros numismáticos, ejemplares en estado sin circular alcanzan precios que superan los 1.650 euros. Es decir, cantidad suficiente para financiar tu próxima escapada a Marrakech o a cualquier otro rincón.

Las primeras series del euro en Bélgica, especialmente del año 2000, presentan variedades menos comunes. La cantidad circulante fue menor, lo que reduce la oferta y aumenta su interés dentro del coleccionismo. Es decir, una misma moneda puede multiplicar su valor por más de 2000 veces su precio según cómo se conserve.

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