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Hombre con expresión seria en primer plano con fondo de edificio, cartel electoral y flechas rojas sobre un filtro morado
POLÍTICA

Sánchez hunde al PSOE al abismo entre escándalos y traiciones

El partido se desangra en militancia e ingresos tras años de pactos con separatistas y mentiras políticas

El Partido Socialista atraviesa una de sus mayores crisis internas. Desde que Pedro Sánchez llegó a La Moncloa en 2018, el PSOE ha perdido más de 26.000 afiliados. La sangría se ha intensificado en el último año.

Solo en 2024, el partido ha visto cómo desaparecían 4.400 militantes. El ritmo es alarmante: 370 bajas al mes. Pese a ello, la recaudación por cuotas apenas ha caído un 5%.

En siete años, la militancia del PSOE se ha desplomado un 15%. A principios de 2018, el censo oficial recogía 174.853 afiliados. Hoy,  apenas quedan 148.470, según los últimos datos de diciembre de 2024.

La tendencia continúa. Si se mantiene el ritmo actual, en julio de 2025 el partido contará con apenas 146.000 militantes. Es decir, 29.000 menos que cuando Sánchez accedió al poder con su moción de censura.

Tradicionalmente, los partidos crecen en afiliados al llegar al poder. Pero con Sánchez, el PSOE ha roto esa lógica. Su gestión personalista ha pasado factura a la base histórica del partido.

Promesas rotas y escándalos judiciales

Pedro Sánchez volvió al liderazgo del PSOE en 2017 tras una dura batalla interna. Lo hizo acompañado por figuras clave como Ábalos, Santos Cerdán y Koldo García. Hoy todos ellos están imputados o investigados por corrupción.

Un año después, el líder socialista logró la presidencia del Gobierno. Lo hizo con una moción apoyada por Podemos, Bildu e independentistas catalanes. Lo prometió como una cruzada contra la corrupción.

Hombre con traje azul y corbata roja hablando en una conferencia de prensa detrás de un atril con el escudo de España

Pero sus compromisos pronto quedaron en nada. Indultó a los cabecillas del procés, pactó con Podemos y aprobó la Ley de Amnistía. Mientras tanto, su entorno político y familiar ha sido salpicado por múltiples escándalos.

La base socialista no ha aguantado más. Cada traición a los principios del partido ha supuesto nuevas bajas en la militancia. Muchos ven ya al PSOE convertido en una herramienta al servicio personal de Sánchez.

Una recaudación que no cuadra

El PSOE declara haber recaudado 10,29 millones en cuotas de afiliados en 2018. En 2024, esa cifra bajó solo hasta los 9,73 millones. La caída es de apenas un 5%, pese a que hay 26.000 militantes menos.

El desfase llama la atención. Un descenso del 15% en afiliación debería suponer una caída mucho mayor en ingresos. Sin embargo, la contabilidad oficial del partido no refleja tal impacto.

Un grupo de personas y periodistas se encuentra reunido frente a la sede del PSOE en un edificio de ladrillo rojo en una calle urbana

Esa anomalía financiera ya ha despertado recelos. No son pocos quienes sospechan que las cifras oficiales buscan ocultar la verdadera magnitud del problema. El PSOE se desangra, pero no quiere que se note.

El partido del puño y la rosa vive una decadencia silenciosa. Mientras Sánchez mantiene el control férreo del aparato, los afiliados de toda la vida se dan de baja. El sanchismo ha dinamitado el alma socialista.

A día de hoy, el PSOE es irreconocible para miles de antiguos militantes. Ni su ideología, ni su estructura, ni sus alianzas recuerdan al partido histórico que fundó Pablo Iglesias Posse. Solo queda el nombre.

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