
Sánchez ataca a diario a Israel mientras mantiene algunos contratos de seguridad
El ministro Carlos Cuerpo asegura que la cláusula de excepcionalidad de los contratos con Israel busca proteger el interés general y la seguridad nacional
El Gobierno de Pedro Sánchez varía su discurso sobre Israel, según convenga, pero mantiene contratos con la industria militar.
El ministro Cuerpo asegura que la cláusula de excepcionalidad de los contratos con Israel busca proteger el interés general y la seguridad nacional de España. El Ejecutivo sostiene que estas excepciones serán puntuales, pero no ha aclarado qué criterios las definirán ni su frecuencia.
Según el ministro, España busca una desconexión progresiva con la industria militar israelí hacia la dependencia "cero".
No se han ofrecido cifras exactas sobre el coste económico de sustituir servicios israelíes por industria nacional o europea. Cuerpo señala que el impacto monetario será limitado, y dependerá de la transición hacia la industria nacional y europea.
El comercio con Israel representa solo el 0,5 % del total de exportaciones españolas, según los datos oficiales del Gobierno. No obstante, no se ha precisado qué porcentaje corresponde al sector militar y de seguridad, de gran relevancia para España.

El ministro explicó que la excepción podrá aplicarse mediante acuerdo del Consejo de Ministros en caso de necesidad.
Sumar ha mostrado su desacuerdo con la cláusula de excepcionalidad y cuestiona su alcance y forma de implementación. Ernest Urtasun, de Cultura, considera que la disposición del Ejecutivo no garantiza transparencia ni control suficiente.
Israel cuenta con una industria de defensa avanzada, con equipos, sensores y software vitales para la OTAN. España ha mantenido contratos de servicios militares y de seguridad con Israel durante décadas, según fuentes oficiales. Estos contratos afectan a las Fuerzas Armadas y a los cuerpos de seguridad dependientes del Ministerio del Interior.
Cuerpo afirma que el Gobierno ha agotado “todos los márgenes legales posibles” en la regulación de estos acuerdos. El ministro asegura que se respeta el derecho internacional y la normativa comunitaria, pese a las críticas de transparencia.

El Ejecutivo socialista no ha detallado cómo afectarán estos contratos a la industria nacional o a la independencia estratégica. La crítica se centra en la aparente contradicción: se anuncia una desconexión mientras se mantienen acuerdos estratégicos secretos.
Analistas subrayan que España depende de tecnología militar israelí que no puede sustituirse de forma inmediata ni sin coste. La falta de transparencia y la discrecionalidad del Ejecutivo generan críticas desde Sumar y sectores de defensa y seguridad.
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