Revuelta se infiltra en el 8M para denunciar la complicidad del feminismo e islamismo

La organización juvenil Revuelta se infiltró en la manifestación feminista del 8 de marzo para evidenciar lo que consideran una complicidad entre el feminismo radical e islamismo. Según la organización, este vínculo es una forma de blanquear prácticas que consideran opresivas para las mujeres. Tales como la sumisión religiosa en algunos contextos islámicos.

En la manifestación, miembros de Revuelta se vistieron de mujeres islámicas y portaron pancartas con lemas proislámicos. Su intención era mostrar lo que ellos interpretan como la contradicción entre los valores del feminismo moderno y las prácticas de algunas ramas del islam. Que tratan a las mujeres como objetos y las subyugan a una serie de normas estrictas.

Revuelta argumenta que el feminismo radical ha optado por blanquear el islamismo. Una religión que, maltrata a las mujeres y las utiliza en muchos de sus contextos. 

La organización advierte que este tipo de ideologías está siendo promovido en los barrios de España.  Donde se teme que las mujeres puedan caer en una especie de sumisión bajo las exigencias religiosas islámicas. Contraviniendo los ideales de igualdad y libertad que defiende el feminismo.

En contraste con el mensaje de igualdad que predica el feminismo, Revuelta sostiene que este movimiento está ignorando, e incluso aceptando, prácticas que perpetúan la opresión de las mujeres bajo el islam.

El feminismo islámico es uno de los puntos de crítica de la organización. En la actualidad este fenómeno lo  describen como un "caballo de Troya" que facilita la entrada del fundamentalismo musulmán en Europa.

Mientras el feminismo promueve valores de libertad, igualdad y derechos humanos, el islam en su forma más conservadora contradice esos principios. Por tanto, se vuelve incompatible con una sociedad democrática y laica.

Revuelta sostiene que el islam es completamente "insoluble" en ideologías como la democracia, el feminismo y los derechos humanos.

Es evidente que el islam y las democracias occidentales no son compatibles debido a las diferencias fundamentales en sus estructuras sociales y políticas. Además, que las feministas que apoyan el islam en sus luchas, no se dan cuenta de que las sociedades islámicas no han desarrollado las condiciones históricas, económicas y sociales. Que hacen posible la existencia de un estado democrático.