¿Quién es Hashem Safieddine el líder terrorista que podría tomar el mando de Hezbolá?

La reciente muerte del líder de Hezbolá,  Hassan Nasrallah, en un ataque aéreo israelí, ha generado especulaciones. Sobre quién tomará el mando de la organización terrorista. Entre los nombres que surgen con fuerza destaca el de Hashem Safieddine, primo de Nasrallah  y figura dentro de la estructura de la organización.

Safieddine, quien ya ocupaba un papel clave en el Consejo Ejecutivo de Hezbolá, es visto como el sucesor más probable, especialmente respaldado por los principales aliados de Hezbolá en Teherán.

Formación y vínculos con Irán

Nacido en 1964 en el sur del Líbano,  Hashem Safieddine  cuenta con formación en teología chiita, que inició en las ciudades sagradas de Najaf, Irak, y Qom, Irán. Estas localidades no son meros centros de estudio religioso, sino verdaderos semilleros del liderazgo chiita que ha moldeado las bases ideológicas de Hezbolá.

Durante sus años de formación, Safieddine se unió a Hezbolá junto a Nasrallah, y ambos forjaron una carrera ascendente en la organización. Desde entonces, los vínculos con Irán han sido una constante en su carrera. Lo que lo posiciona como una figura estratégica tanto dentro de la estructura de Hezbolá como en las esferas de poder iraníes.

Teherán, uno de los principales patrocinadores de Hezbolá, ha sido crucial en el financiamiento y armado del grupo. Safieddine ha sido el enlace natural entre ambos actores, lo que ha facilitado su ascenso en la jerarquía interna.

Se cree que los líderes iraníes ven en él un garante de la continuidad de la influencia de Irán sobre el grupo. Asegurando que las líneas de suministro y cooperación entre ambos se mantendrán intactas.

Un historial de actividades terroristas

El liderazgo de Hashem Safieddine no está exento de controversias. En 2017, fue designado terrorista por el Departamento de Estado de Estados Unidos. Lo que marcó su estatus como uno de los líderes más peligrosos de Hezbolá.

Bajo su mando, el Consejo de la Yihad, una facción clave dentro de la organización, ha dirigido ataques que han sacudido la región. Arabia Saudí también lo incluyó en su lista de terroristas, señalando su rol en la planificación de actividades violentas y su implicación directa en la financiación de Hezbolá.

Safieddine ha sido un defensor acérrimo de las políticas beligerantes del grupo. Amenazando con una escalada militar contra Israel tras la muerte de un comandante de Hezbolá en junio. Este enfoque agresivo y violento no es nuevo para la organización, pero su llegada al liderazgo podría marcar una nueva fase de intensificación del conflicto.

Influencia familiar y conexión con Soleimaní

Uno de los aspectos que más destacan del posible ascenso de Safieddine es su conexión con figuras clave de la élite iraní. Su hermano, Abdullah Safieddine, es el representante oficial de Hezbolá en Irán, lo que subraya la cercanía entre ambas entidades.

Además, el matrimonio de su hijo Reza con Zeinab Soleimaní, hija del difunto, Qasem Soleimaní, fortalece aún más esta red de alianzas familiares. Que conectan a Hezbolá con los niveles más altos del poder en Irán.

Este lazo matrimonial no es simplemente una unión familiar; es un símbolo de la consolidación de los vínculos entre Hezbolá y la Guardia Revolucionaria iraní. Que ha sido un socio clave en las operaciones militares y estratégicas de la organización en el Líbano y más allá.

Un liderazgo marcado por la continuidad

Aunque la muerte de Nasrallah marca un punto de inflexión para Hezbolá, el ascenso de  Hashem Safieddine promete una continuidad en la dirección del grupo. A diferencia de otros posibles candidatos, Safieddine cuenta con el respaldo pleno de los patrocinadores iraníes, lo que asegura que la agenda del grupo no se verá alterada de manera significativa. Con su historial de lealtad a Teherán, y su posición en el Consejo Ejecutivo, Safieddine tiene todas las credenciales necesarias para liderar a Hezbolá en esta nueva etapa.

El reto para el posible nuevo líder no será menor. Hezbolá se enfrenta a una serie de desafíos internos y externos, desde la inestabilidad política en el Líbano hasta la presión militar de Israel y las sanciones internacionales. Sin embargo, con la muerte de Nasrallah, Safieddine tiene la oportunidad de consolidarse como el nuevo rostro de la organización.