
Que está pasando en marruecos y por qué los jóvenes se manifiestan contra Mohamed VI
Miles de jóvenes salen a las calles de Marruecos a reclamar una buena educación y una buena sanidad
Miles de jóvenes marroquíes han salido a las calles en al menos 11 ciudades desde el pasado fin de semana. Reclaman mejoras en sanidad y educación, empleos mejor pagados y el fin de la corrupción de las élites políticas y económicas. Sin embargo, muchos observadores advierten que este tipo de protestas pueden ser instrumentalizadas para desestabilizar al Estado y frenar inversiones estratégicas.
No queremos el Mundial, queremos sanidad
Queremos hospitales, no estadios
El movimiento carece de líderes identificables y no se vincula a partidos ni siglas concretas, sino que se sostiene en un mensaje directo y emocional: la juventud reclama una vida mejor. Ya no hay esperanza, confesaba a Associated Press Youssef, ingeniero de 27 años en Casablanca. Más que un plan sólido para transformar el país, estas declaraciones expresan un profundo malestar y descontento social.
Quiero mejores salarios, mejores puestos de trabajo, precios bajos y una vida mejor
Sentenció otro joven. Aun así, el Estado gasta cientos de millones en infraestructuras como en estadios para la Copa Africana y el Mundial. Estos cuestan entre 300 y 500 millones cada uno, un derroche mientras faltan servicios básicos.

Se parece a la Primavera Árabe de 2011, pero con una diferencia clave: ahora todo surge en redes sociales como TikTok, Discord e Instagram con el hashtag #GenZ221. Dos grupos anónimos, Gen Z 212 y Morocco Youth Voices, organizan las protestas y llaman a la movilización pacífica contra la corrupción. Sin embargo, no plantean propuestas económicas concretas para solucionar los problemas que denuncian.
El Gobierno ha respondido con numerosas detenciones, “incluidos aquellos que estaban haciendo declaraciones a la prensa”, según Hespress. En Rabat se registraron más de cien arrestos y decenas más en Casablanca, Marrakech, Agadir y Souk Sebt. La mayoría fueron liberados tras ser identificados, salvo reincidentes presentados ante la Fiscalía por desórdenes públicos.
Aunque el Gobierno ha prohibido las concentraciones convocadas por desconocidos, los manifestantes siguen firmes en las calles. Amamos este país en el que crecimos y sentimos un deseo profundo por él, afirmó uno antes de ser detenido. Para las autoridades, mantener el orden público y salvaguardar las inversiones estratégicas es clave para que Marruecos progrese.
Las protestas muestran el choque entre lo que piden los jóvenes y la estabilidad que el país necesita para atraer inversiones y generar empleo. El paro juvenil ya supera el 35 % y la diferencia entre zonas avanzadas y rurales sigue siendo enorme. Aun así, sectores conservadores defienden que los grandes proyectos trenes rápidos, puertos modernos y estadios son la base para construir un Marruecos más próspero.
La gota que colmó el vaso fue la tragedia en el hospital Hassan II de Agadir, donde ocho mujeres embarazadas murieron en apenas diez días. Después, el ministro de Sanidad destituyó a la dirección y a varios responsables regionales. Para muchos, esta reacción demuestra que el sistema puede corregirse para lograr cambios reales.
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