
Proetarras utilizan San Fermín para brindar por la vuelta a casa de presos de ETA
Entre los que reclaman el regreso de etarras encarcelados se encontraban altos cargos de Bildu
Las Fiestas de San Fermín han vuelto a ser escenario de un hecho grave. Grupos afines a la banda terrorista ETA han aprovechado el ambiente festivo para rendir homenaje a sus presos. El pasado domingo, en pleno centro de Pamplona, se celebró un acto con brindis, música y discursos reclamando la “vuelta a casa” de los etarras.
El evento incluyó un aurresku, un baile de honor, dedicado a los presos y sus familias. Cientos de personas asistieron al acto. Se leyó un manifiesto exigiendo el regreso de los internos, “deportados y exiliados”.

Al finalizar, los asistentes alzaron las copas: “Ya acabamos con la dispersión, seguimos empujando hasta traerlos a casa”.
Entre los presentes había cargos de EH Bildu y acudieron representantes tanto de Navarra como del País Vasco. Destacaron nombres como Maddalen Iriarte, Iker Casanova y Pernando Barrena. El apoyo institucional a este tipo de actos ha desatado una fuerte polémica.
Este martes se celebra además el Etxera eguna (Día de la vuelta a casa), organizado por las plataformas Etxerat y Sare. Habrá vermut, almuerzo, conciertos y un nuevo acto reivindicativo. Todo con un mensaje común: liberar a los presos de ETA y permitir su regreso al País Vasco y Navarra.
El Colectivo de Víctimas del Terrorismo en el País Vasco (Covite) ha denunciado lo ocurrido. Considera “indignos e inmorales” estos actos. Y alerta de que no deberían permitirse en espacios públicos.
La organización pide respeto para las víctimas y denuncia una “normalización del relato de los verdugos”.
A la indignación se suma otro hecho doloroso. El mismo domingo fue vandalizada una placa en memoria de Alfredo Aguirre, un niño de 13 años asesinado por ETA en 1985.

Su nombre fue cubierto con una pegatina sobre Palestina y contra el “genocidio”. La placa se encuentra en el casco antiguo de Pamplona. Lugar donde estalló la bomba que mató al menor y a un policía nacional.
La autora del atentado, Mercedes Galdós Arsuaga, fingió estar embarazada para dejar la bolsa con explosivos. Alfredo había guardado su bicicleta y llamaba al timbre de una vecina cuando ocurrió la explosión. Murió en el acto cuando tenía solo 13 años.
Covite ha exigido al Ayuntamiento que reponga la placa. “La memoria de las víctimas debe ser respetada”, afirman. “Es una obligación ética y cívica”.
Estos sucesos han generado una fuerte conmoción. Pamplona se viste de blanco y rojo cada julio para celebrar. Pero este año, los brindis y homenajes a asesinos condenados vuelve a embarrar las fiestas.
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