¿Por qué no acudió el ministro Ernest Urtasun a la inauguración de Notre-Dame?
Críticas a Pedro Sánchez tras el plantón de Urtasun, los Reyes y el Papa en el evento del siglo en París
La reapertura de la Catedral de Notre-Dame de París, tras su devastador incendio en 2019, se convirtió en un evento de alcance global al reunir a líderes de todo el mundo.
Sin embargo, la ausencia de representación española ha desatado críticas en el ámbito político. En particular por parte del presidente del Partido Popular, Alberto Núñez Feijóo, quien calificó esta situación como "una vergüenza para nuestro país".
El evento contó con la presencia de figuras destacadas como el presidente electo de Estados Unidos, Donald Trump. También asistieron la primera ministra italiana, Giorgia Meloni, y el presidente ucraniano, Volodímir Zelenski.
También asistieron 150 obispos de distintos países, en una solemne misa que marcó el regreso del emblemático templo a su función tras años de restauración.
No obstante, varios líderes y personalidades declinaron la invitación. Entre ellos, el ministro de Cultura español, Ernest Urtasun, quien no acudió debido a compromisos familiares.
Repercusiones políticas en España
La ausencia de representación oficial de España no pasó desapercibida y generó un fuerte debate. Núñez Feijóo criticó duramente al Gobierno de Pedro Sánchez por no haber enviado ningún representante a un acto que consideró de "enorme relevancia".
El líder popular enfatizó que este tipo de acontecimientos son una oportunidad para reforzar la imagen internacional de España y lamentó que se haya desaprovechado.
Por su parte, el Ministerio de Cultura no ha emitido una declaración oficial para responder a estas críticas, limitándose a confirmar que Urtasun declinó asistir por motivos personales.
Fuentes cercanas al Ejecutivo señalaron que la agenda del ministro estaba "plenamente justificada" y que no se debería "politizar" una ausencia basada en cuestiones familiares.
Un evento de alto perfil internacional
La reapertura de Notre-Dame no solo marcó un hito en la recuperación de uno de los monumentos más icónicos del mundo. Además, sirvió como una plataforma diplomática para líderes internacionales.
Antes de la misa, el presidente francés, Emmanuel Macron, recibió en el Palacio del Elíseo a Donald Trump y Volodímir Zelenski. Un gesto simbólico que subrayó la dimensión política del acto.
En su intervención, Macron destacó la importancia de Notre-Dame como símbolo de unidad y resiliencia. Afirmando que "la restauración de esta catedral es un triunfo colectivo que trasciende fronteras".
Una oportunidad perdida
La ausencia de España en este foro global se ha interpretado como una falta de proyección internacional en un momento clave.
Analistas culturales y diplomáticos han señalado que eventos como este son cruciales para reforzar la influencia de los países en el ámbito cultural y político.
El Gobierno español no ha dado más detalles sobre la decisión de no enviar una delegación. La controversia sigue abierta y ha reavivado el debate sobre la gestión de la política cultural y exterior en el actual Ejecutivo.
Mientras tanto, Notre-Dame se erige nuevamente como un faro de esperanza y reconstrucción, aunque con un eco que resuena distinto para algunos países, incluido España, cuya ausencia no pasó desapercibida.
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