
La ofensiva de Mónica García para intentar cercar políticamente a Ayuso
A su juicio, la Comunidad de Madrid estaría incurriendo en una actitud de “rebeldía” ante el Estado de derecho
La estrategia del Gobierno para intensificar la presión sobre la Comunidad de Madrid volvió a tomar forma este lunes con una nueva intervención Mónica García.
La ministra utilizó la franja de mayor audiencia de la televisión pública para cargar contra la presidenta madrileña. Focalizando su discurso en la ausencia del registro de objetores de conciencia al aborto. El mensaje, directo y sin matices, se convirtió en la pieza central de la ofensiva política del Ejecutivo.
Durante su entrevista en La Hora de La 1, García insistió en que dicho registro “es obligatorio por ley”. Que su implantación “ampara a aquellos objetores que quieren ejercer su derecho”. Sin embargo, la ministra centró su crítica en Ayuso, a quien acusó de mantener un “enfrentamiento directo con las mujeres”.

Estas declaraciones marcaron el tono de un discurso que buscó subrayar la supuesta negativa de Madrid a cumplir la normativa estatal.
La ministra reforzó su posición al describir la postura de la presidenta madrileña como una “deriva ultra”, vinculando la falta del registro con un ataque a los derechos de las mujeres.
A su juicio, la Comunidad de Madrid estaría incurriendo en una actitud de “rebeldía” ante el Estado de derecho. Motivo por el que anunció un recurso contencioso-administrativo que ya ha sido activado. Según explicó, será ahora la Abogacía del Estado la encargada de exigir a la Comunidad la aplicación de la ley.
García eleva así el conflicto institucional entre el Gobierno central y la Comunidad de Madrid, situando el debate sobre el aborto como un elemento clave para la confrontación política. En su intervención, la ministra afirmó que la decisión del Ejecutivo madrileño constituye una forma de “insumisión”, al tiempo que presentó sus críticas como una defensa del marco legal vigente.

El discurso, sostenido en alusiones al feminismo, reforzó la intención del Gobierno de trasladar el conflicto a la primera línea mediática.
La ofensiva no se limitó al ámbito del aborto. García también arremetió contra la gestión sanitaria de Madrid, denunciando errores en los cribados de cáncer de colon.
La ministra afirmó que 571 ciudadanos habrían recibido una carta incorrecta y atribuyó este fallo a la “fragmentación” del procedimiento, señalando la externalización y la privatización de partes del proceso como las causas de la pérdida de control. Estas acusaciones ampliaron aún más el choque político entre ambas administraciones.
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