
Montero recula tras el escándalo Cerdán: “Me siento traicionada”
La vicepresidenta rompe con su mano derecha tras los audios de la trama de mordidas y exige que entregue su acta ya
María Jesús Montero ha hablado por fin. La vicepresidenta primera del Gobierno y número dos del PSOE ha comparecido este domingo.
Lo ha hecho tras el desplome político de Santos Cerdán, ex secretario de Organización socialista y su colaborador más cercano.
Montero se ha mostrado “dolida, traicionada e indignada”. Lo ha dicho en Écija, Sevilla, antes de un encuentro con militantes.
Lo ha dicho tras haberse expuesto públicamente en defensa de Cerdán: “Por él también pongo la mano en el fuego”.
Ahora, tras conocerse los audios de la Guardia Civil y las conclusiones de la UCO, Montero se desmarca. Asegura que Cerdán le transmitió siempre su inocencia. “Y yo me siento profundamente traicionada”, ha repetido con contundencia.
Audios comprometidos y cargos no entregados
Cerdán aún no ha sido imputado. Pero los indicios acumulados por la Unidad Central Operativa apuntan a su participación en el cobro de comisiones.
Comisiones que saldrían de adjudicaciones de obra pública entre 2018 y 2021. En los audios publicados, se le escucha hablando de ese reparto con Koldo García, exasesor de Ábalos.
Montero admite que conocía la versión de Cerdán. “Él tiene su teoría, niega los hechos y la veracidad de la cinta”, explicó. Pero, según la ministra de Hacienda, eso no es suficiente.
Ferraz ha actuado, asegura: “La dirección del partido ha sido contundente”. Le han exigido que renuncie a todos sus cargos y entregue su acta de diputado. Hasta ahora, Cerdán no ha hecho ninguna de las dos cosas.

“Será en los tribunales donde él podrá defenderse”, ha remarcado Montero. Y ha insistido en que el PSOE no puede garantizar “corrupción cero”. Ni en el partido ni en ninguna institución.
Pero, ha añadido, “hay personas que engañan, traicionan y desprestigian las siglas a las que pertenecen”.
De la defensa ciega al desmarque político
La caída de Santos Cerdán ha supuesto un duro golpe para la cúpula socialista. Y en particular para Montero, quien defendió su inocencia en sede parlamentaria.
No solo de él, también del que fuera su jefe de gabinete, Carlos Moreno, también mencionado en la trama del empresario Víctor de Aldama.
En el Senado, la vicepresidenta expresó su respaldo total: “Tengo una relación personal y de complicidad y de amistad”.
Pedro Sánchez, según Montero, ya ha pedido disculpas a los ciudadanos. Lo hizo, recuerda, “en primera persona”. Pero el escándalo sigue abierto.

La entrega del acta por parte de Cerdán aún no se ha producido. Y los socios del Ejecutivo no ocultan su desconfianza. El caso Koldo amenaza con convertirse en una herida abierta para todo el Gobierno.
Con esta comparecencia, Montero intenta contener el daño político. Marca distancias con quien fue su aliado más estrecho. Y lanza un mensaje a la militancia: el PSOE, insiste, ha actuado “con firmeza”.
Pero la presión no cesa. Cada nuevo dato de la investigación añade más tensión interna. Y pone en evidencia las costuras de un partido que intenta salvar su imagen.
Lo hace mientras algunos de sus altos cargos aparecen en las grabaciones más comprometedoras de los últimos años.
Montero intenta cerrar una etapa. Pero el caso Cerdán todavía está lejos de terminar.
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