
Merz descarta ilegalizar a AfD a pesar de haberlo clasificado como partido extremista
AfD, que obtuvo el 20,8% de los votos en las últimas elecciones, es la segunda fuerza política en el Bundestag con 152 escaños
El canciller alemán, Friedrich Merz, ha descartado la ilegalización de AfD, pese a su reciente clasificación como partido extremista. Merz argumenta que prohibir a AfD no resolvería el problema de fondo y podría fortalecer su narrativa de victimización.
Recientemente, se etiquetó a AfD como un partido "extremista" por parte de la Oficina Federal para la Protección de la Constitución. Esta acción ha intensificado el debate político.
En las pasadas elecciones federales, Alternativa por Alemania, logró el 20,8% de los votos. Se convirtió en la segunda fuerza política en el Bundestag obteniendo 152 escaños, el mejor resultado de su historia.
La Oficina Federal para la Protección de la Constitución alega que las políticas que quiere implementar AfD, según, socava los valores democráticos y promueve el nacionalismo étnico.

Tras esta clasificación, el canciller Merz sostiene que abordar las preocupaciones de los votantes es más eficaz que prohibir partidos, pero antes si lo había aceptado.
La decisión del canciller generó críticas tanto dentro como fuera de Alemania, hasta a la ex canciller Angela Merkel.
La antigua canciller le hizo un llamado de atención a Merz y calificó como un "error" que aceptara el apoyo de AfD para aprobar algunas políticas en tema de inmigración.
La clasificación de AfD como partido extremista permite una mayor vigilancia por parte de los servicios de inteligencia alemanes.
Emprender la ilegalización de este partido político en Alemania se puede convertir en un proceso legal complejo y que es poco frecuente.
En el pasado han intentado de prohibir partidos extremistas, como el NPD, han fracasado por falta de pruebas concluyentes.
Merz enfatiza que la carga de la prueba recae en el Estado y que no hay suficientes evidencias para prohibir a AfD. El canciller también ha reiterado que su partido, la CDU, no cooperará con AfD ni antes ni después de las elecciones.
A pesar de esta postura, Merz ha sido criticado por aceptar el apoyo de AfD en votaciones parlamentarias recientes. La situación ha generado tensiones dentro de la CDU y ha provocado debates sobre la estrategia política hacia AfD.

El ala más progre de la CDU teme que cualquier acercamiento a AfD pueda erosionar los valores democráticos del partido.
Mientras, la comunidad internacional también observa con atención el manejo de Alemania hacia AfD y el respeto a la democracia.
La su posible ilegalización de AfD ha puesto en alerta a la Casa Blanca que han expresado su preocupación.
Hoy en Alemania continua el debate sobre la segunda fuerza política y sobre los límites de la democracia y la libertad de expresión.
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