
Los indicios de la dudosa financiación del PSOE relacionada con las mordidas
Los agentes desgranan hasta siete evidencias que apuntan a una posible financiación encubierta del PSOE
La investigación sobre la trama de mordidas que salpica al PSOE va más allá del enriquecimiento personal. Según la Guardia Civil, existen indicios claros de una posible financiación encubierta del partido. Así lo recoge un informe de la Unidad Central Operativa (UCO), al que ha tenido acceso El Independiente.
No sería un caso aislado. Tampoco una red descontrolada. Para los agentes, detrás hay una estructura organizada, una maquinaria interna para desviar fondos hacia el partido en plena pandemia.

El informe policial recoge siete evidencias clave. Todas apuntan a un mismo destino: el PSOE.
“Cumplí con lo acordado por el partido”, se escucha en una conversación entre un empresario y un intermediario político.
Para la UCO, la frase es reveladora. No hay alusión a personas concretas. El dinero iría directamente al partido.
Otra grabación lo refuerza: “Esto no es para nosotros, es para el partido”. Los investigadores creen que estas frases son indicios de una “caja B” socialista. Una vía paralela de financiación al margen del control legal.
El reparto de comisiones también estaba organizado por zonas. Según el informe, Santos Cerdán —número tres del PSOE en ese momento— coordinaba algunos territorios. Koldo García, su mano derecha, otros.

La estructura de pagos reflejaba la estructura territorial del partido. Eso hace sospechar que los fondos no eran solo para enriquecimiento personal. Podrían estar destinados a sostener la red política socialista.
Una cuarta prueba la da otra frase: “Hay que cumplir con el partido”. La UCO destaca que este tipo de expresiones refuerzan la idea de una obligación interna, no de un trato individual, sino que la corrupción estaría al servicio del aparato del PSOE.
La quinta pista: “Ya le cumplí a Santos y al partido lo que prometí”. La Guardia Civil ve aquí una confirmación.
Los pagos estaban ligados a contratos públicos. No eran aportes espontáneos. Eran parte de un acuerdo político-empresarial.
Los empresarios sabían qué estaban pagando. Así lo revela una sexta prueba: “Me dijeron que esto era para el partido”.
No hay facturas, no hay justificación. Solo pagos opacos bajo el nombre de “colaboraciones”.
La séptima evidencia es quizás la más inquietante: “Esto viene de arriba”.
Según la UCO, esa frase sugiere que la red tenía cobertura. Que las órdenes no venían solo de intermediarios. Que los niveles altos del partido estaban al tanto.
La Guardia Civil considera que el caso puede ir más allá de la corrupción personal. La red de mordidas pudo haber servido para financiar al PSOE de forma ilegal durante una crisis sanitaria y con recursos públicos.
La investigación sigue abierta. Pero las pistas ya señalan al corazón del partido.
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