
El Gobierno quiere convertir la educación en un panfleto político con este concurso
La iniciativa, aunque encubierta como educativa, guarda un evidente trasfondo ideológico: blanqueo del relato oficial del sanchismo
El Gobierno lanza un concurso escolar con 75.000 euros en premios para alabar la democracia y rechazar cualquier dictadura.
La ministra Pilar Alegría impulsa la iniciativa para alumnos de ESO, Bachillerato y FP, en plena conmemoración de los 50 años sin Franco.
Bajo el lema Vivir, Sentir y Contar la Democracia, el Ministerio de Educación transforma las aulas en trincheras ideológicas.
El concurso busca "reflexionar" sobre democracia frente a dictadura, una comparación con claro sesgo político y enfoque unidireccional.
La convocatoria está publicada en la Base de Datos Nacional de Subvenciones, y fue revelada por El Debate tras revisar el BOE.
El objetivo declarado: valorar la democracia y rechazar cualquier forma de opresión. Eso sí, según los criterios del PSOE.
Pilar Alegría vuelve a usar la educación pública como altavoz del Gobierno, instrumentalizando a menores para su propaganda oficial.

Entre las temáticas, destacan "la evolución de la dictadura a la democracia" y "la importancia del voto en la democracia de partidos".
Se premiarán trabajos que contrasten democracia y dictadura, mostrando un guion preestablecido que condiciona la creatividad real.
Los alumnos podrán presentar cuentos, cómics, dibujos, vídeos, microteatro e incluso videojuegos desarrollados con lenguaje Scratch.
Para estos videojuegos, se exigen bloques de sonido, movimiento y apariencia, además de fondos, imágenes y clips originales.
Todo ello para inculcar un mensaje claro: España fue oscuridad hasta 1975 y desde entonces vive en una supuesta libertad plena.
Los derechos humanos, el rol de la mujer y el uso de redes sociales serán tratados, pero siempre desde una óptica progresista.
Mientras los alumnos sufren falta de profesores y abandono escolar, Alegría dedica 75.000 euros a esta campaña de marketing político.
El PSOE convierte una efeméride histórica en una cruzada contra un pasado que instrumentaliza para ocultar su presente de fracasos.
La iniciativa, aunque encubierta como educativa, guarda un evidente trasfondo ideológico: blanqueo del relato oficial del sanchismo.
Las bases permiten a los centros educativos enviar sus trabajos hasta mayo, justo a tiempo para que Sánchez los exhiba en campaña.
Así, el relato de la democracia se ajusta al molde del Gobierno: quien no lo comparte, simplemente es tachado de reaccionario.
Muchos docentes y familias se preguntan si la escuela debe enseñar historia o fomentar un relato partidista bajo apariencia neutral.
Porque la democracia se defiende con hechos, no con propaganda disfrazada de relatos escolares predecibles y dirigidos.
Con esta jugada, el PSOE vuelve a utilizar las instituciones del Estado como herramientas de adoctrinamiento infantil y juvenil.
Y mientras tanto, los problemas reales del sistema educativo –falta de calidad, absentismo y suspensos– siguen sin resolverse.
El legado de Pilar Alegría no será la excelencia educativa, sino la politización de las aulas bajo el paraguas del "antifranquismo".
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