
Francia y España arrebatan a Alemania el liderazgo en petición de asilo
Francia lidera ahora la lista, con 40.871 solicitudes de asilo, seguida muy de cerca por España, que acumuló 39.318 en solo tres meses
Alemania deja de ser el primer destino de asilo en la UE. Francia y España toman el relevo en plena crisis migratoria descontrolada. En el primer trimestre de 2025, Alemania registró una caída del 41 % en las solicitudes, rompiendo su histórica posición de liderazgo.
Francia lidera ahora la lista, con 40.871 solicitudes de asilo, seguida muy de cerca por España, que acumuló 39.318 en solo tres meses.
Alemania cae al tercer puesto con 37.387 peticiones, lo que refleja un giro evidente en las rutas migratorias ilegales hacia Europa. Este cambio de tendencia no es casual. Las políticas laxas en Francia y España actúan como reclamo para redes y solicitantes.
Mientras Berlín endurece los trámites, París y Madrid siguen con discursos de puertas abiertas sin evaluar las consecuencias sociales. En Francia, el grupo más numeroso de solicitantes lo integran ucranianos. En España, dominan los venezolanos y magrebíes.

Siria, Afganistán y Turquía siguen marcando el origen principal de los que piden asilo en Alemania, aunque en clara disminución. España se convierte en una nueva meca del asilo gracias a un sistema saturado y sin filtros, que colapsa administraciones y recursos.
Los ayuntamientos advierten de que no pueden absorber más migración. El Gobierno central sigue mirando hacia otro lado sin respuestas. Francia no escapa al problema: barrios islamizados, violencia urbana y tensiones constantes conviven con el aumento descontrolado de peticiones.
Las cifras del Eurostat confirman el fracaso de la UE en frenar la inmigración irregular bajo el paraguas del "asilo humanitario". Las mafias lo saben: Francia y España son la vía fácil. Las devoluciones son mínimas y la acogida, subvencionada por los contribuyentes.

Los gobiernos de Macron y Sánchez coinciden en su narrativa buenista, pero esconden la factura económica y el coste social real. Alemania empieza a recular tras años de políticas erráticas que derivaron en conflictos, abusos del sistema y auge de la ultraderecha.
El cambio de tendencia refleja el hartazgo ciudadano ante un modelo que solo premia la entrada ilegal y castiga al europeo honesto. Ningún país puede sostener un flujo migratorio ilimitado, y menos aún cuando se disfraza de "asilo" sin control ni fundamento real.
España, en particular, está asumiendo una carga que el Estado no reconoce, mientras oculta los datos tras eufemismos estadísticos.
Los venezolanos lideran las peticiones en toda la UE. Huyen de una dictadura que ciertos líderes europeos aún blanquean sin rubor. Las cifras de 2025 anticipan un verano crítico en fronteras, aeropuertos y costas. Pero las instituciones siguen sin levantar la voz.
El sistema está roto. Francia y España deben tomar medidas reales antes de que el colapso social y económico sea irreversible. La prioridad ya no puede ser el relato humanitario, sino la defensa del orden, la legalidad y la seguridad de los europeos.
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