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Hombre mayor con traje gris y corbata azul sentado en una sala con fondo de texto borroso.
POLÍTICA

Este es el ex alto cargo que pide Vox imputar en el 'caso Koldo'

Vox ha ido un paso más allá ha solicitado al juez que ordene la entrada y registro del domicilio de Belmar

El espectáculo político en torno al  ‘caso Koldo’  sigue aumentando, esta vez con un nuevo protagonista: Daniel Belmar, el exalto cargo del Ministerio del Interior  durante la pandemia. Vox, que ha solicitado al juez del caso que deje de tratar a Belmar como un simple testigo. Para que lo ascienda al glamoroso título de "investigado".

Vox arguementa que sus respuestas "vagas" y "evasivas" son motivo suficiente para cuestionar si el exfuncionario ha olvidado más que su contraseña del correo electrónico.

La trama, ya compleja, tiene de todo:  contratos millonarios de mascarillas en plena pandemia, altos cargos implicados y, por supuesto, la inevitable sospecha de corrupción.

Un hombre mayor con traje y corbata está sentado en una mesa con documentos, una bandera de España en el fondo y un texto en la pared.

Daniel Belmar, quien se encargaba de la adquisición de las mascarillas, se ha visto atrapado en este embrollo. Sobre todo después de que Vox señalara sus "evidentes contradicciones". ¿Suena a trama de serie política? Podría ser, si no fuera porque estamos hablando de millones de euros y la salud pública en juego.

Unas declaraciones que no convencen

En su declaración ante el juez Ismael Moreno, Belmar afirmó haberse encargado "personal, directa y únicamente" de la gestión de los contratos de mascarillas por parte del Ministerio del Interior. Algo que podría haber pasado desapercibido si no fuera por la enorme cantidad de personas que, según Vox, también estaban involucradas en la gestión.

Sobre todo en los contratos similares en otros ministerios como Transportes y Sanidad. Lo que para Belmar fue un simple proceso burocrático, para Vox se ha convertido en una trama digna de ser investigada.

El partido de Santiago Abascal no ha dejado de resaltar las inconsistencias en las declaraciones del exalto cargo. Según Vox, Belmar ofreció respuestas "evasivas" y "sin concreción", aludiendo a la clásica excusa de "falta de memoria".

Aparentemente, el exfuncionario no pudo recordar detalles clave sobre una reunión interministerial sobre la adquisición de material. Sin embargo, lo irónico es que en un procedimiento anterior, Belmar sí había afirmado la existencia de dicha reunión. Parece que la memoria de algunos testigos es selectiva o simplemente funciona mejor en ciertos contextos judiciales.

Más actores en escena

Vox no se contenta con cuestionar a Belmar. El partido ha solicitado también que se cite a declarar a otros actores clave en este drama judicial. Entre ellos, el comisario jubilado José Antonio Rodríguez González, considerado como la  "mano derecha" del ministro Fernando Grande-Marlaska, y el secretario de Estado de Seguridad, Rafael Ruiz Pérez.

Estos personajes, al igual que Belmar, formaron parte de la gestión de los contratos de material sanitario durante la pandemia. Por lo que sus testimonios podrían dar aún más giros a esta ya enrevesada trama.

Un hombre mayor con traje y corbata sentado en una mesa con documentos y una bandera de España en el fondo.

La solicitud de imputación de Belmar no solo se basa en sus respuestas vagas, sino también en el papel de la empresa Raminatrans SL, encargada de la distribución del material. Según Vox, esta compañía fue seleccionada por Íñigo Rotaeche, otro de los nombres que suenan fuerte en la presunta trama de corrupción. Rotaeche trabajaba en Soluciones de Gestión, una empresa que ha estado en el centro de las investigaciones desde el principio.

Vox pide medidas drásticas

No satisfechos con la mera imputación de Belmar, Vox ha ido un paso más allá.  El partido ha solicitado al juez que ordene la entrada y registro del domicilio y lugar de trabajo del exalto cargo. Además, han pedido que se le incauten todos los dispositivos móviles, con la esperanza de encontrar alguna información que pueda aclarar las contradicciones que, según ellos, son más que evidentes.

Y es que, en un momento en el que los teléfonos móviles son casi una extensión del cerebro humano. ¿Quién no se sentiría desnudo sin su dispositivo? Quizá Belmar lo recuerde todo si puede  revisar sus chats y correos. Aunque, si nos basamos en sus declaraciones previas, no sería sorprendente que simplemente dijera que "no lo recuerda".

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