
Estas son las otras polémicas de Torró además de las adjudicaciones a la trama Cerdán
Torró, la nueva secretaria de Organización del PSOE, arrastra una serie de polémicas por contratos opacos y millonarios durante su etapa en el Gobierno valenciano
Rebeca Torró ha sido recientemente nombrada secretaria de Organización del PSOE por Pedro Sánchez. En una decisión que ha causado sorpresa dentro y fuera del partido.
Pero más allá de su ascenso, Torró está rodeada de controversias que cuestionan su gestión anterior como alto cargo en la Generalitat Valenciana. Desde contratos opacos en la pandemia hasta adjudicaciones millonarias bajo sospecha, las polémicas que arrastra no son menores.
Una de las más llamativas está relacionada con la adjudicación de contratos a una empresa vinculada a la trama de Santos Cerdán, mano derecha del presidente del Gobierno. Torró, cuando era consellera de Obras Públicas en la Comunidad Valenciana, favoreció a esta firma en la concesión de contratos. Abriendo una nueva arista en la red de sospechas que acecha al PSOE en plena tormenta judicial.
"Operación Ruta de la Seda"
Pero este no es un caso aislado. Durante los primeros meses de la pandemia, Torró fue una de las figuras clave en la llamada "Operación Ruta de la Seda". Con la que el Consell trató de garantizar el suministro de material sanitario procedente de China.
Fue ella quien facilitó el contacto con el empresario chino Chen Wu Keping, administrador de la empresa Comité Textil SL. Una pequeña mercantil sin experiencia en contratos públicos y con apenas medio millón de euros de facturación anual.

Según publican varios medios locales. A esta empresa se le adjudicó, sin concurso y por vía de emergencia, el mayor contrato de material sanitario del Gobierno. Que estuvo valorado en 31,5 millones de euros, de los cuales 7,3 millones fueron destinados al pago por espacio en vuelos charter.
El coste por mascarilla quirúrgica llegó a los 0,65 euros por unidad, más del doble de lo que se pagaría después a otros proveedores. Estas compras se produjeron con escasa o nula transparencia, según han denunciado medios y órganos de fiscalización.
La Sindicatuta de Comptes, el órgano fiscalizador autonómico, puso el foco en este y otros contratos. Su informe de 2020 denuncia que más de 152 millones de euros fueron gastados sin los controles habituales. Que en muchos casos no se ha podido acreditar si el material llegó o si se cumplió el contrato.
En particular, señala la existencia de acuerdos verbales, pagos por adelantado y ausencia total de documentos que certifiquen la recepción del material.
A ello se suma otra adjudicación millonaria —11 millones de euros a la empresa Anona— una micropyme sin trayectoria en suministros sanitarios. Este contrato también se firmó en medio del caos de la pandemia y sin las garantías mínimas de control administrativo.

Tampoco ha pasado desapercibido que mientras la Generalitat hablaba públicamente de un coste de 11 millones por los primeros envíos de material ya existía un contrato firmado por más de 31 millones de euros. Del que no se informó hasta un mes después y solo tras la insistencia de los medios.
Pese a estas sombras, Torró no solo no ha rendido cuentas, sino que ha escalado en el organigrama socialista. Su perfil político, sin embargo, está cada vez más asociado a decisiones opacas, sobrecostes y adjudicaciones bajo sospecha.
Su cercanía a Ximo Puig y su papel como pieza clave en la estrategia valenciana del PSOE no han impedido que su nombre aparezca una y otra vez en informes críticos y publicaciones que cuestionan su gestión.
Con este historial, su reciente nombramiento como secretaria de Organización del PSOE levanta más preguntas que aplausos.
De momento, el PSOE guarda silencio y cierra filas en torno a la nueva responsable. Pero el pasado reciente de Rebeca Torró no deja de proyectar una sombra alargada sobre su futuro político.
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