
Estas son las dos regiones que se blindan ante el plan de Marruecos en los colegios
Lo cierto es que el PLACM ha dejado de ser un tema administrativo para convertirse en un asunto político de primer orden
La Comunidad de Madrid y la Región de Murcia han dado un paso inédito en el panorama educativo español. Ambas autonomías, gobernadas por el Partido Popular, han decidido retirar de sus centros escolares el Programa de Lengua Árabe y Cultura Marroquí (PLACM). Se trata de un plan financiado por el Gobierno de Mohamed VI y gestionado directamente desde Rabat, sin supervisión de las autoridades españolas.
Hasta este curso 2025/2026, el programa se impartía en colegios e institutos de doce comunidades autónomas. Participaban territorios como Cataluña, Galicia, Andalucía, País Vasco, Aragón, Canarias, Baleares, La Rioja, Castilla-La Mancha y Extremadura, además de Madrid y Murcia. Con la salida de estas dos regiones, la lista de participantes se reduce y crece la polémica en torno al alcance de este plan.

El vicepresidente de Murcia y dirigente de Vox, José Ángel Antelo, ha sido claro. Afirma que su equipo detectó prácticas cuestionables al investigar el programa.
Incluso se celebraba en algunos centros el Día de la Marcha Verde, un acontecimiento clave en la reivindicación territorial de Marruecos sobre el Sáhara Occidental. Para Antelo, esto resulta “una barbaridad” y una intromisión inaceptable en el sistema educativo.
El dirigente murciano sostiene que la competencia educativa es autonómica. Recuerda que, aunque el convenio con Marruecos exista, las comunidades tienen capacidad de decidir si lo aplican o no. De ahí que Murcia haya optado por suspender su participación.
“No es normal que Marruecos ponga a los profesores y que no tengamos información sobre lo que se imparte. Es una anomalía”, recalca. Además, insiste en que el objetivo debe ser promover la lengua y la cultura españolas, no permitir que otro país marque contenidos en las aulas.
En Madrid, el argumento es similar, aunque más institucional. La Consejería de Educación asegura que, tras revisar el programa, detectaron graves carencias. Señalan que no existe control sobre la preparación pedagógica de los docentes enviados por Marruecos.

Tampoco queda claro si dominan el español, algo fundamental para coordinarse con los equipos directivos. Además, el Gobierno regional subraya que desconoce si las programaciones didácticas son revisadas o contrastadas con la normativa educativa española.
La Comunidad de Madrid recuerda que participaba en este plan desde 1994 como parte de su colaboración con el Estado. Sin embargo, en los últimos años las disfunciones se han hecho evidentes. Por ello, concluyen que no existen garantías suficientes para continuar.
El movimiento de Madrid y Murcia abre un debate nacional. Por un lado, está la importancia de ofrecer a los alumnos de origen marroquí un puente cultural y lingüístico con sus raíces.
Por otro, surgen dudas sobre la injerencia de un gobierno extranjero en la educación pública española. La falta de control sobre contenidos y profesorado es el argumento central de quienes rechazan el programa.
Mientras tanto, las diez comunidades restantes mantienen el plan en sus centros. La cuestión ahora es si seguirán el ejemplo de Madrid y Murcia o si apostarán por reforzar los mecanismos de supervisión.
Más noticias: