
Estas son las claves del gran apagón que colapsó a España
Un fallo eléctrico sin precedentes dejó a España y Portugal paralizados y desató sospechas de ciberataques
España y Portugal sufrieron este lunes un histórico corte eléctrico que dejó a millones de ciudadanos sin suministro durante horas.
El apagón, que también afectó a partes de Francia, Andorra y Bélgica, se produjo sin previo aviso y sin condiciones meteorológicas extremas.
El incidente ocurrió alrededor de las 12:30 p.m., hora de Madrid, y paralizó actividades esenciales en toda la Península Ibérica. Hospitales, trenes, semáforos, conexiones a internet y sistemas de pago electrónico dejaron de funcionar en cuestión de segundos.
Según fuentes del Gobierno, 15 gigavatios de generación eléctrica desaparecieron en solo cinco segundos.
Esta cantidad equivalía al 60% de la electricidad que se consumía en ese momento en España. Para ponerlo en perspectiva, las cinco centrales nucleares del país suman una potencia de 7,4 GW.
El corte generalizado provocó la cancelación de cirugías en hospitales, la suspensión de servicios ferroviarios y la interrupción de actividades comerciales. Aunque los aeropuertos mantuvieron su operatividad, varios vuelos sufrieron retrasos.
Investigación en marcha: ciberataque o fallo técnico
El operador de la red eléctrica española, Red Eléctrica (REE), informó que el corte se debió al "cero eléctrico", una desconexión automática por seguridad.
La entidad subrayó el carácter excepcional del apagón y estimó entre seis y diez horas el tiempo de recuperación. Desde Portugal, el Centro Nacional de Ciberseguridad descartó de inmediato la hipótesis de un ciberataque.
Su operador eléctrico, Rede Eléctrica Nacional, atribuyó el incidente a una “vibración atmosférica inducida”. Algo que pudo ser causado por variaciones extremas de temperatura en el interior de España.

Sin embargo, en España, las autoridades no confirmaron esta teoría. El presidente de la Junta de Andalucía, Juanma Moreno, sugirió que un apagón de esta magnitud solo sería explicable por un ciberataque. Además, se basaba en información de su centro autonómico de ciberseguridad.
El Gobierno español, por su parte, convocó un comité de crisis en La Moncloa para coordinar las respuestas y analizar el origen del fallo.
El primer ministro portugués, Luis Montenegro, señaló a la interconexión con España como el origen del corte y expresó su expectativa de una rápida recuperación.
Desde España, Pedro Sánchez pidió calma a la población y recomendó limitar los desplazamientos y el uso de los teléfonos móviles.
Aseguró que ya se había restablecido el suministro en varios territorios del norte gracias a las conexiones con Francia y Marruecos.
Siete comunidades autónomas solicitaron la declaración del nivel tres de emergencia de Protección Civil, una solicitud que fue aceptada por el Gobierno central.
Desde Bruselas, la Comisión Europea confirmó que estaba en contacto directo con las autoridades españolas y portuguesas para esclarecer el origen del apagón.
Mientras tanto, António Costa, actual presidente del Consejo Europeo, indicó que no existían pruebas de un ataque cibernético detrás del corte.
La recuperación: ayuda externa y lecciones pendientes
Francia desempeñó un papel crucial en la reactivación del suministro eléctrico español. El operador RTE anunció que había reabastecido 700 MW y que incrementaría la ayuda conforme las condiciones técnicas lo permitieran.
También Ucrania ofreció su asistencia. El ministro de Energía ucraniano, German Galushchenko, afirmó que su país estaba dispuesto a compartir experiencia en la gestión de crisis energéticas.
Pese a la gravedad del incidente, Francia descartó categóricamente que el origen estuviera en un incendio en su territorio, aclarando que dicha información era falsa.

Este apagón se suma a otros eventos similares ocurridos en Europa en los últimos años. En 2021, España y Francia ya sufrieron un corte eléctrico masivo, aunque de menor duración.
La Unión Europea había advertido recientemente a sus ciudadanos sobre la necesidad de prepararse para emergencias prolongadas.
Bruselas recomienda que cada hogar disponga de un kit básico para sobrevivir al menos 72 horas sin suministros esenciales.
La crisis de este lunes pone de manifiesto la vulnerabilidad del sistema eléctrico europeo, incluso en ausencia de fenómenos climáticos extremos. La robustez de las infraestructuras no basta si no se cuenta con protocolos de contingencia rápidos y efectivos.
Mientras las investigaciones avanzan, el apagón de la península ibérica queda como un serio recordatorio de los desafíos que enfrenta Europa.
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